Cuando hablamos de Comunicación lo primero que se nos viene a la cabeza son charlas, reuniones o conversaciones, o cuando los políticos o personas relevantes ofrecen discursos, ruedas de prensa, declaraciones ante un grupo de periodistas o un auditorio. Pero muy pocas veces nos acordamos de la importancia que tienen los gestos, la postura o la voz en la Comunicación. Todo lo que se conoce como lenguaje no verbal.
El sociólogo Albert Mehrabian, en la década de los años sesenta del pasado siglo, cifró en tan sólo un 7% el valor que tiene el contenido de los mensajes en los discursos, lo que confería una importancia extraordinaria al leguaje no verbal. Hoy en día estas cifras se han actualizado, pero aun así, la importancia que tienen los canales no verbales es muy alta y oscila entre un 65 % y un 80 % del total de nuestra comunicación, según aseguran los diversos estudios existentes.
Que la comunicación no verbal influye de forma muy notable tanto en la recepción del mensaje, como en la propia valoración del emisor como fuente fiable de información es un hecho contrastable, pese a que todavía existen personas que infravaloran la importancia del leguaje no verbal y subestiman su impacto en la Comunicación
El leguaje no verbal se compone de una serie de disciplinas como la Kinésica o lenguaje corporal, que estudia los gestos y movimientos del cuerpo; la Proxemia, que se encarga de la distancia interpersonal que guardan las personas a la hora de hablar entre ellas; o los factores paralingüísticos derivados de los códigos no verbales producidos por la voz, como pueden ser el volumen, la dicción, la entonación o el timbre. Estos temas tienen una enorme importancia en la trasmisión del mensaje y en el proceso comunicativo en su conjunto, pese a que la mayor parte de las veces no seamos consciente de ello.
Para comunicar eficazmente, los mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí, ya que de lo contrario podrían producirse errores entre lo que decimos y cómo es comprendido e interpretado por nuestros interlocutores que harían que nuestra comunicación no fuera efectiva, y por lo tanto, la comprensión de nuestro mensaje no fuese lo buena que debería ser.
Es imposible no comunicar tal y como aseguraba el filósofo y sociólogo Paul Watzlawick, autor del libro Teoría de la comunicación humana. Todo en el ser humano comunica. Las expresiones, los gestos, la posición corporal o incluso los silencios que mantenemos transmiten mensajes. Por ello, conocer el funcionamiento del leguaje no verbal, saber cómo controlarlo y ser conscientes de lo que estamos comunicando a través de él, nos ayudará a que nuestra comunicación y nuestros mensajes lleguen de forma clara y precisa y sean bien comprendidos por aquellos que nos escuchan.
Por Alejandro de Antonio, director de Estudio de Comunicación España.