Las marcas ante el nuevo «jefe tuitero»

Finalmente, Twitter ya tiene a Elon Musk como su “chief Twit” o «jefe tuitero». La pasada semana, la persona más rica del mundo culminó – después de siete meses de idas y venidas- la compra por 44.000 millones de dólares y su posterior exclusión de cotización.

Durante todo el proceso, las noticias, reflexiones y valoraciones de la eventual compra han sido extraordinariamente numerosas. Twitter, la red social destinada a albergar comentarios sobre la actualidad de todo individuo que se cree una cuenta y en la que participan cientos de millones de usuarios activos, es un elemento clave de comunicación en nuestro día a día.

Los cambios que el empresario ha anunciado que cree necesario aplicar en esta red, han sido analizados pormenorizadamente. Todas sus declaraciones y puestas en escena generan una cobertura mediática apabullante. Es llamativa la imagen de Elon Musk entrando en la sede de la compañía con un lavabo en brazos.

Es verdad que los millones que alberga en su cuenta bancaria se lo ponen bastante fácil, pero es incuestionable que se trata de un tipo con gran capacidad, y todavía más interés, de generar titulares.

Asimismo, el hecho de que la red social haya dejado de cotizar elimina cierto control del mercado a los diferentes vaivenes o extravagancias que exprese su máximo dirigente. Nos hemos quedado, por ejemplo, sin conocer la percepción del mercado de este gran cambio de titularidad en la red social.

En este sentido, es oportuno preguntarnos por el papel que van a adoptar las grandes marcas y corporaciones ante el nuevo Twitter.  El hecho de que se vaya a estudiar aceptar la vuelta de figuras mediáticamente muy cuestionadas (el expresidente Donald Trump; el rapero Kanye West son algunos ejemplos) o a aliviar el control sobre ciertos mensajes de odio, hace que la eventual nueva concepción de esta red, no esté alineada con preceptos ya indiscutibles desde el punto de vista de la responsabilidad social corporativa.

Así, mientras se termina por configurar el cambio de paradigma de esta red social bajo las órdenes del magnate, no es descartable que las grandes empresas o líderes de opinión empiecen a expresar dudas o incluso posicionarse a la contra.

En ese caso, Elon Musk tendría que empezar a valorar si su pájaro liberado ha volado en la dirección que más le interesa desde el punto de vista económico y empresarial.

Cecilia Díaz – Directora en Estudio de Comunicación

@ceciliadiazmart

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