El Gobierno de Canadá ha sido el primero en implantar prohibiciones de uso a TikTok y, desde el pasado 28 de febrero, los dispositivos para empleados federales canadiense tienen prohibido el acceso a esta plataforma. La Comisión Europea ha anunciado como fecha límite el 15 de marzo para que todos sus funcionarios dejen de utilizar la red social china y el Gobierno de Biden ha dado un mes para que todas sus agencias federales y sus contratistas privados hagan lo mismo. En todos los casos se esgrimen razones de seguridad.
Esta red social, que permite grabar, editar y compartir videos cortos, con la posibilidad de añadir fondos musicales, efectos de sonido y filtros o efectos visuales está siendo duramente cuestionada. Pero más allá de análisis geopolíticos o teorías sobre la “guerra fría tecnológica entre Washington y Pekín”, TikTok ya no es una mera app de entretenimiento sino que destacadas empresas han visto en ella una plataforma para conectar y dirigirse a los consumidores: potenciar su reconocimiento de marca, sus productos o servicios
TikTok cuenta con dos grandes atractivos para muchas marcas: una audiencia mundial de más de 1 billón de usuarios activos mensualmente, según sus últimas estadísticas, y un formato en video corto y divertido. Así, recomendaciones y tutoriales en maquillaje y outfits de moda, hechos por influencers, o rutinas de ejercicio promocionadas por marcas deportivas son solo algunos ejemplos de las oportunidades que están siendo aprovechadas para llegar a los usuarios de la originariamente conocida como “red del baile”.
Incluso el Washington Post tiene cuenta en esta plataforma en la que los usuarios pueden acceder de manera divertida a noticias de interés y también Naciones Unidas. Esta última Organización ha lanzado desde su cuenta videos sobre asuntos de gran calado como el cambio climático.
Son muchas las voces críticas que se han alzado contra esta plataforma a la que incluso se ha calificado como adictiva. A ellas se suman ahora las prohibiciones por cuestiones de seguridad de importantes Gobiernos e Instituciones. Es imprevisible aventurar en qué acabará la polémica y lo que se pueden estar planteando algunas marcas tras los últimos acontecimientos. Un asunto que habrá que seguir de cerca.
Charo Gómez , Socia en Estudio de Comunicación
