“Café” presencial: la mejor forma de construir relaciones con periodistas

En la era de las nuevas tecnologías, en la que ya se ha demostrado que se puede cerrar una gran operación de compra o fusión entre dos empresas a través de una simple videollamada, parece que el apretón de manos ha pasado a la historia. Nos hemos acostumbrado a, con solo un clic, aceptar la enésima invitación para una reunión telemática que llega a nuestro correo, sabedores de que no tendremos cerca a nuestro interlocutor, ni compartiremos con él un café, ni nos daremos una palmada cómplice en la espalda.

Nos veremos las caras, sí; sonreiremos amistosamente; haremos comentarios jocosos para romper ese hielo pixelizado con un fondo corporativo virtual con el que disfrazamos nuestro entorno de trabajo para que quede más “chuli”; y, al cabo de unos minutos, una despedida protocolaría llevará el puntero del ratón automáticamente a la esquina superior derecha de la pantalla y a otra cosa.

Pese a que con este sistema se gana en inmediatez, se pierden otros elementos clave para construir las relaciones de confianza con los Medios, que son vitales en el mundo de la comunicación. Para lograr eso, una call o una llamada de teléfono resulta insuficiente en casi el 100% de los casos, ya que es necesario perseverar en los contactos y mirar a los ojos a esas personas con las que vamos a trabajar.

Es preciso organizar una agenda de encuentros con periodistas que nos permita conocerles, apreciar de primera mano su nivel de agudeza en la profesión, sus temas preferidos, y, sobre todo, que nos posibilite posicionar con la mayor transparencia los principales mensajes que queremos transmitir. De esa forma, nos convertiremos en fuentes fiables, ya que les proporcionaremos un contexto esencial para entender el sector sobre el que escriben. En otras palabras, les ofreceremos información de calidad para los que les leen, la mejor materia prima para un periodista.

Algunos dirán que ese argumento en defensa de lo presencial, del cara a cara de verdad, es un rancio alegato en favor de “la vieja escuela”, que, en opinión de los más jóvenes, ya ha sido desbancada por alternativas “menos invasivas”. Es cierto que las redes sociales han supuesto también un instrumento clave para socializarnos y que, a veces, son una vía útil para establecer el primer contacto con un periodista. Sin embargo, el sistema cognitivo del ser humano también está expuesto a muchas sensaciones que solo se perciben en las distancias cortas. Ahora mismo, la tecnología nos hurta toda esa información, que no es poca y que constituye el ADN con el que construimos la imagen que tenemos de los demás. No se ha inventado ninguna aplicación virtual que nos permita canalizar todo ese caudal de datos, que solo son perceptibles si estamos cerca de alguien.

En síntesis, hoy por hoy, y a pesar de los veloces cambios tecnológicos que influyen tanto en nuestro modelo de vida, un café con un periodista sigue siendo el instrumento más eficaz para reforzar la confianza y crear un canal recíproco de comunicación productiva, lo que nos facilitará, sin duda, desplegar nuestra estrategia de comunicación en toda su dimensión y responder con mayor agilidad a los desafíos informativos que aparezcan.

Carlos López, consultor sénior

@clopezperea

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