Burnout: un desafío para las empresas en la era postpandemia

El anglicismo burnout o síndrome del trabajador quemado es oficialmente una enfermedad reconocida por La Organización Mundial de la Salud (OMS), que la ha incluido en la 11ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). El agotamiento se explica en la CIE-11 de la siguiente manera: síndrome conceptualizado como resultado del estrés laboral crónico que no se ha manejado con éxito. Este concepto es caracterizado por tres dimensiones:

  • sentimientos de agotamiento o agotamiento de la energía;
  • mayor distancia mental del trabajo de uno, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo de uno mismo; y
  • reducción de la eficacia profesional.

Aunque este síndrome es un fenómeno cuyo origen reside en el lugar de trabajo, durante la pandemia se dispararon los casos. Sin embargo, a pesar de que han transcurrido tres años desde entonces, hay pocos indicios de que el agotamiento esté disminuyendo. Según la tercera edición de la encuesta ‘Global Workforce of the Future 2022’ realizada por Adecco, el 25% de los españoles renunciará a su empleo en los próximos doce meses para buscar otro puesto de trabajo. Muchos estudios apuntan otros aspectos que están ganando gran relevancia a la hora de plantearse la dimisión, como pueden ser la conciliación laboral o el teletrabajo, aún así, no podemos pasar por alto el síndrome del trabajador quemado. Un término que hace alusión al cansancio extremo, emocional, físico o mental que pueden llegar a padecer los trabajadores.

¿Cómo reconocer los síntomas del burnout para prevenirlo?

Los síntomas más frecuentes que puede provocar este síndrome son señales de agotamiento físico como la fatiga, aumento de peso o pérdida de apetito. A la vez que la migraña, los dolores musculares, la dificultad para prestar atención, problemas digestivos, irritabilidad, ansiedad e incluso depresión son señales habituales.

Además, se manifiesta en la desmotivación y descenso de la productividad en el trabajo, que se traduce en una desmotivación generalizada que provoca gran frustración en el trabajador. El empleado deja de prestar atención a las tareas, y tiene despistes habituales fruto de la falta de concentración.

Hoy día las empresas tienen mucho camino por recorrer para paliar el burnout entre sus empleados. Para ello, es necesario implementar acciones que promuevan la salud y el bienestar en el entorno laboral.

En definitiva, las empresas juegan un papel esencial en la prevención del burnout o cualquier otra enfermedad de salud mental. Por ello, es necesario implementar herramientas que garanticen el bienestar físico y mental en el ambiente de trabajo. De esta forma, las organizaciones lograrán aumentar la productividad y favorecerá a la retención del talento, un desafío que muchas empresas enfrentan en la actualidad.

Por Alba Regidor, Consultora Sénior de Estudio de Comunicación.

@regidor_alba

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