Hoy en día, una empresa no puede permitirse ignorar su entorno. Ya no basta con intentar facturar y guardar un perfil bajo. En un mundo tan interconectado, es imposible mantenerse al margen, porque todo lo que ocurre en la sociedad, afecta. Sólo en los últimos años, lo hemos visto con la pandemia, el conflicto en Ucrania, la crisis de microchips, etc.
Por ello, las relaciones institucionales (RRII) ya no son una opción, sino una necesidad. Analizar y saber reaccionar ante todos esos posibles factores es una tarea fundamental de cualquier compañía que quiera sobrevivir.
Para ello, conviene trabajar en la misma línea que el resto de áreas de la compañía, con una misma estrategia. Cuanto más conozcan los departamentos de RRII sobre la empresa y su estrategia de negocio, más útiles serán y mejores resultados darán.
Un buen departamento de RRII puede servir para una gran variedad de objetivos:
- Regulatorio: a la hora de informarse o incluso influir sobre una determinada normativa, un buen análisis y ejercicio de lobby es clave para acompañar el plan de negocio.
- Fiscal: conocer bien las ayudas, los beneficios o los incentivos a los que se puede optar puede ahorrar millones.
- Recursos Humanos: si una empresa quiere atraer el mejor talento posible, debe cuidar mucho su reputación, ya que compite con otras que posiblemente proyecten una imagen más atractiva. Hay que mostrarles a esos jóvenes talentos que trabajar en tu compañía es igual de apasionante que hacerlo en Google o en Tesla.
Así, la reputación, los asuntos gubernamentales, el análisis regulatorio, los soft skills, … no son meros caprichos o modas, sino que sirven para aumentar las probabilidades de éxito de las compañías, tanto como un plan de ventas o una estrategia de marketing.
Las RRII son hoy una pata fundamental en la estructura de una empresa, sea cual sea el sector. Y diseñar una buena estrategia institucional será clave para el éxito de cualquier compañía.
Bruno Calvo Rodríguez, consultor sénior en Estudio de Comunicación
