La cultura de una organización es un elemento que ha sido ampliamente estudiado por las empresas, y más aún, por sus departamentos de Comunicación Interna. A menudo podemos encontrarnos el concepto «cultura» unido a otros como la «misión», la «visión», y los «valores» de la empresa.
Pero la cultura empresarial es mucho más que las etiquetas con las que presentamos a nuestra organización. La cultura depende de las vivencias de todas y cada una de las personas que conforman la compañía. Por eso, resulta mucho más compleja y cuenta con muchísimos más matices.
Elementos de la cultura
Cultura es comprender el modelo organizacional de nuestra compañía pero también es definir el modelo de líderes que se quiere tener. Es determinar no sólo cuál es la filosofía del trabajo sino también cuál es el estilo de liderazgo que se desea entre los mandos.
Cultura es saber cuál es el ADN de nuestra compañía pero también es premiar los comportamientos que consideramos beneficiosos para la organización y rechazar aquellos que vayan en contra de la misma.
Cultura también es «lo que es de aquí», nuestras tradiciones, nuestras costumbres. Estos rituales refuerzan lo que los trabajadores conocen, lo que esperan y a lo que están acostumbrados, impactando directamente en su sentido de pertenencia.
También es cultura el clima que exista en nuestra organización: el nivel de estrés, de competitividad, de apoyo mutuo y de colaboración entre las personas.
Forman parte también de la cultura las prácticas de trabajo; la flexibilidad en el desarrollo del trabajo, los onboardings -y offboardings- las evaluaciones de desempeño, así como los sistemas de reconocimiento y recompensas.
La historia y la trayectoria de la organización son también elementos de la cultura, como también lo son la diversidad generacional, demográfica y de sexo de una empresa.
Además, cultura no hay una en las organizaciones, sino que cada equipo desarrolla su propia «microcultura». Ignorar estas diferencias puede generar brechas de comunicación, por lo que la compañía deberá tenerlas en cuenta para asegurar que cada equipo se sienta alineado con los valores globales.
Estos son sólo algunos ejemplos de variables que influyen en la cultura de una compañía. Por eso, cuando hablamos de reforzar la cultura de una organización o, más aún, de cambiar la cultura de una empresa, debemos atender a la complejidad y amplitud de la misma. De lo contrario, cualquier planteamiento que pretenda impactar en la cultura quedará lejos de ser exitoso.
Laura Alonso, consultora sénior en Estudio de Comunicación