La comunicación efectiva, tanto interna como externa, es un pilar esencial para el éxito empresarial. Desarrollar una buena estrategia de comunicación, que potencie el crecimiento y la reputación de la empresa requiere, entre otras cosas, una meticulosa planificación que tenga en cuenta una serie de aspectos clave.
En primer lugar, la estrategia de comunicación debe estar totalmente alineada con los objetivos generales del negocio. Es crucial conocer a fondo los intereses de la empresa para que cada mensaje y acción comunicativa respalde los objetivos generales y específicos de la organización.
La empresa debe conocer perfectamente a sus stakeholders y comunicarse de forma coherente con ellos si quiere construir una relación sólida y un vínculo de confianza mutua. Saber quiénes son y qué les interesa permite adaptar los mensajes para que sean relevantes y efectivos, lo que asegura que tanto la comunicación interna como la externa sea adecuada y bien recibida por todos los agentes implicados. Definir el tono y la complejidad de los mensajes dirigidos a clientes y stakeholders -si deben ser formales o cercanos, simples o especializados- influye directamente en la relación con ellos.
No se debe descuidar nunca la comunicación con los empleados, para lo que hay que definir cómo se realizará y a través de qué canales, ni la importancia de los protocolos de comunicación en situaciones de crisis. Un plan bien estructurado para manejar crisis, que identifique claramente a los portavoces e incluya estrategias de respuesta, puede ayudar a gestionar la situación de manera positiva y mitigar el impacto en la reputación de la empresa.
Tener en cuenta estos aspectos ayudará a construir una estrategia de comunicación sólida, que impulse el crecimiento y la reputación de la empresa.
Amaia Monroy Loinaz, consultora sénior