Sin datos no hay nota de prensa que valga

El objetivo de una nota de prensa siempre debe ser inequívoco: informar. Por tanto, su contenido debe centrarse en datos, datos y más datos, que aporten novedades al periodista con las que pueda construir una noticia. Si lo que pretendemos es convertir este formato en una plataforma para desplegar una estrategia de marketing o tapar realidades incómodas, estamos incurriendo en un craso error que conduce automáticamente a la pérdida de credibilidad de la compañía.

Normalmente, las notas de prensa pasan por muchas manos antes de lanzarse, por lo que sus borradores están sujetos a multitud de cambios y no siempre acertados. En esa vorágine de ediciones, es necesario tener meridianamente claro que en nuestros comunicados vamos a detallar lo que de verdad está pasando en la compañía y eso, en muchas ocasiones, implica hacer públicas magnitudes, transacciones, análisis internos y, en suma, cifras sobre las que algunos departamentos y directivos de la empresa guardan recelo a la hora de compartirlas con la prensa. Y no es por recurrir a la opacidad por defecto, sino porque habitualmente tienen detrás a un ejército de abogados que defienden su criterio, el cual puede -y suele- entrar en conflicto con la política de comunicación.

Es cierto que es conveniente que ambas parcelas estén alineadas para dotar a la empresa de solidez reputacional, pero si desde los servicios jurídicos o la gerencia lo que se hace es poner constantemente puertas al campo restringiendo la información que se va a hacer pública, introduciendo en el texto tecnicismos legales complicados de digerir para el periodista o retrasando la comunicación a horarios que no son los adecuados para su mejor difusión, quizá la mejor opción es no dar una nota de prensa que va a carecer de peso específico y, por tanto, de impacto.

No nos engañemos: los periodistas no quieren filosofía barata, sino noticias. Si lo que se publica genera más preguntas que respuestas, mejor abstenerse. Los periodistas lo van a agradecer porque les ahorraremos tiempo llamando a los gabinetes de prensa en busca de la “chicha” que falta en la nota de prensa. Además, van a entender que cuando la compañía comunica es porque realmente tiene algo relevante que contar. Nos ganaremos así su atención cuando sea preciso. De lo contrario, si malgastamos su disposición con circunloquios sobre el sexo de los ángeles, hurtándoles el acceso a la información de verdad, la credibilidad y la reputación de la empresa, indudablemente, no saldrán bien paradas.

Por Carlos López, consultor sénior en Estudio de Comunicación

@clopezperea

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