Campañas navideñas ¿un exceso de sentimientos?

La Navidad es una época que, para muchos, se asocia con la alegría, la reunión familiar y la generosidad. Pero, al mismo tiempo, se ha convertido en una temporada en la que las marcas juegan un papel fundamental, no solo en el consumo, sino también en la construcción de emociones.

Durante los últimos años, hemos sido testigos de cómo las campañas publicitarias navideñas apelan a lo más profundo de nuestros sentimientos, con el objetivo de conectar emocionalmente con el público. Sin embargo, esta «estrategia emocional» puede estar generando un efecto contrario: una sobrecarga emocional que nos deja exhaustos y, en ocasiones, alejados de lo que realmente importa.

Las campañas están diseñadas para aprovechar la “calidez” de la temporada, asociadas con valores como la familia, el amor, la unidad y la generosidad. Las marcas saben que la emotividad tiene un poder persuasivo y, por eso, no dudan en utilizarla para captar nuestra atención. Los anuncios suelen estar repletos de escenas conmovedoras: reencuentros familiares, niños abriendo regalos, personas abrazándose. Este enfoque emocional tiene una lógica clara: se sabe que las emociones influyen directamente en nuestras decisiones de compra. Según diversos estudios, las emociones tienen un impacto mucho mayor que la razón cuando se trata de tomar decisiones. Así, un anuncio que nos conmueve puede ser mucho más efectivo que uno que simplemente resalta las características de un producto.

Sin embargo, este exceso de emoción tiene su precio. La saturación de escenas sentimentales puede generar una sensación de agobio y presión, transformando lo que debería ser una época de disfrute y reflexión en un mar de expectativas imposibles. La constante evocación de la familia perfecta, el regalo ideal o la felicidad absoluta puede generar comparaciones y frustraciones. Si no cumplimos con esas expectativas, si no logramos tener una Navidad tan idílica como la que nos muestran los anuncios, podemos sentir que algo nos falta, que no estamos a la altura. Las marcas tienen el desafío de conectar emocionalmente con los consumidores sin sobrepasar los límites de la manipulación.

Sería positivo equilibrar la carga emocional de las campañas, apostando por mensajes promoviendo el verdadero espíritu de la temporada compartiendo momentos auténticos, con cariño y empatía hacia los demás.

¡Solo me queda desearos a todos unas felices fiestas!

Por Amandine Dennetiere, directora de Estudio de Comunicación.

@A_Dennetiere2

, , ,
SWITCH THE LANGUAGE
Text Widget
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Vivamus quis neque vel quam fringilla feugiat. Suspendisse potenti. Proin eget ex nibh. Nullam convallis tristique pellentesque.