En la última década, las Redes Sociales han crecido de manera exponencial, pero sin ninguna duda, la que más ha aumentado y ha tomado mayor protagonismo, es TikTok, convertida en 2020 en tendencia global. Su formato y el algoritmo altamente personalizado la han convertido en la plataforma ideal para la viralización de contenido, debido a su velocidad y a la facilidad de compartir. Este fenómeno se observa, tanto en las marcas que apuestan por esta red para promocionar sus productos, como en los creadores de contenido que las eligen para acceder a un público más amplio.
Por otro lado, las nuevas generaciones recurren cada vez menos a fuentes como los medios tradicionales, ya sean periódicos, digitales o audiovisuales y deciden informarse a través de las Redes Sociales, ya que ofrecen acceso a información en tiempo real y de forma inmediata, lo que hace que parezca más atractiva. Al contrario, facilitan la propagación de fake news, que se acrecienta en el caso de TikTok, con contenidos polarizados, pero no contrastados y sin veracidad. Según un informe publicado en 2022 por expertos de NewsGuard -herramienta de periodismo y tecnología- casi un 20% de los vídeos publicados en TikTok contienen algún tipo de información falsa. En el estudio también se refleja que vídeos sobre temas políticos como las elecciones presidenciales de 2020 o el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 incluían algún tipo de información falsa o se hacía referencia a teorías de la conspiración de QAnon.
Lo cierto es que tal es el alcance de la repercusión de TikTok y la controversia que puede llegar a generar, que puede suponer una amenaza en la seguridad internacional. Al respecto, un estudio realizado por el Real Instituto Elcano en 2023 puso de manifiesto la preocupación generada por esta red “en relación a la recopilación de datos, el control algorítmico y la posible interferencia por parte del gobierno chino”. En el artículo se recoge que “aunque ByteDance, la empresa matriz de TikTok propuso la instalación de centros de datos locales, estas medidas no abordan de manera efectiva los riesgos fundamentales que exponen a la sociedad europea a posibles influencias chinas”.
Sin duda, ante el nuevo panorama geopolítico y tecnológico, más que nunca la Unión Europea debe mantenerse firme en la protección de sus ciudadanos y sus intereses.
Por Victoria Magro, directora de área en Estudio de Comunicación.