El poder de la comunicación para la inversión extranjera en España

El mercado español ha sido, históricamente, un destino atractivo para la inversión extranjera. Su posición estratégica en Europa, una economía diversificada y su acceso a mercados internacionales han convertido al país en un punto de interés para grandes fondos e inversores. Sin embargo, en los últimos años, la regulación sobre la inversión extranjera directa (FDI) ha cobrado un papel cada vez más relevante, influyendo en la viabilidad y velocidad de muchas operaciones corporativas.

En este contexto, resulta esencial comprender no solo los aspectos económicos y financieros de cualquier inversión, sino también el papel fundamental que juega la percepción pública, el discurso institucional y la narrativa en torno a estas operaciones. Un enfoque estratégico que contemple estos factores puede marcar la diferencia entre una inversión fluida y una bloqueada por motivos regulatorios o políticos.

El reto de cualquier inversor extranjero ante la regulación del FDI

Está más que claro que cualquier inversor extranjero se enfrenta a un reto importante ante la actual regulación FDIDesde su entrada en vigor a principio de 2020, España ha intensificado los mecanismos de supervisión sobre la FDI, para proteger sectores considerados estratégicos. El Real Decreto-ley 34/2020 de noviembre estableció un marco regulador aún más estricto, exigiendo autorizaciones gubernamentales para inversiones extranjeras en industrias clave. Sin embargo, a la hora de la verdad, la aplicación de estas medidas ha sido, en muchos casos, selectiva y sujeta a criterios que, más que responder a una visión económica y estratégica coherente, parecen depender de la coyuntura política del momento y de la voluntad de control sobre determinados sectores, compañías o instituciones. No obstante, también a de reconocerse que en otros casos ha funcionado de manera correcta y alejada de ideologismos, favores o intereses particulares. Y que mecanismos similares existen en otros muchos países desarrollados.

En los últimos años, hemos sido testigos de varios ejemplos de inversiones extranjeras que han sido objeto de un escrutinio regulador más intenso de lo esperado. La falta de claridad y previsibilidad en este tipo de procesos ha creado un ambiente en el que los inversores deben prestar tanta atención a la normativa regulatoria y los intrínsecos de las instituciones, como a los aspectos financieros de la operación.

La importancia de gestionar la narrativa en este entorno

En otras palabras, cualquier inversor extranjero que desee entrar en el mercado español debe tener en cuenta no solo los números, sino también la percepción que genera su llegada. Si bien lo ideal es ir por ‘la calle de la operación de mercado’, no hay que subestimar la avenida institucional que, cada vez más, obligan a transitar a prácticamente cualquier inversor extranjero. Es fundamental construir un relato que no sólo explique los beneficios económicos de la operación, sino que también sea capaz de mostrar su alineamiento empresarial con los intereses regulatorios e institucionales, minimizando resistencias innecesarias.

Para entendernos mejor, algunos de los aspectos clave a considerar por los inversores son:

  1. Entender el clima político y económico: Identificar cómo ciertos sectores pueden estar sujetos a escrutinio y ajustar la estrategia de comunicación y hasta estratégica y financiera en consecuencia.
  2. Gestionar la percepción pública: Asegurar que la inversión no sea vista como una adquisición hostil, sino como una oportunidad de crecimiento y generación de empleo. En este punto es igual de crucial hacer explicaciones por activa y por pasiva, para evitar que otros hablen por ti, se malinterprete y hasta se tergiversen interesadamente los mensajes clave.
  3. Anticiparse a posibles objeciones: Analizar los puntos de fricción potenciales y preparar respuestas sólidas antes de que se conviertan en un problema.
  4. Mantener una relación proactiva con los medios: Evitar que la narrativa sea definida por terceros y asegurarse de que los mensajes clave lleguen a los actores adecuados.

Un entorno en constante cambio

El atractivo de España para la inversión extranjera sigue siendo innegable, y los datos lo demuestran. En 2024 España recibió de inversión extranjera bruta más de 36.000 millones de euros. Lo que también es innegable es que las condiciones en las que se desarrollan las operaciones han cambiado radicalmente. La presión institucional y mediática se ha incrementado de manera mayúscula. La regulación sobre la FDI, lejos de ser un marco predecible y estable, se ha convertido en un elemento de incertidumbre que los inversores deben saber gestionar. Es difícil, pero no imposible, porque no son pocas las operaciones y el capital extranjero que ha entrado de manera exitosa vía FDI.

En este escenario, la capacidad de transmitir confianza, generar alianzas estratégicas y manejar con inteligencia la comunicación financiera e institucional no es un lujo, sino una necesidad. No se trata solo de cumplir con la normativa, sino de anticiparse a las reacciones y moldear la percepción del mercado y las instituciones. Un inversor informado y bien posicionado tiene muchas más probabilidades de sortear las barreras que, en ocasiones, no son financieras ni económicas, sino simplemente una cuestión de narrativa.

Por Iñigo Palacio, consultor sénior en Estudio de Comunicación.

@inigoplc

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