El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha puesto “puertas al campo en la Red”. En una reciente sentencia, este Tribunal ha fallado que los medios online son responsables de los insultos, injurias o expresiones vejatorias que los lectores incluyan en las informaciones que los medios publiquen.
Una sentencia que, sin entrar en discusiones legales donde parece claro que el derecho al honor ha prevalecido sobre el derecho a la libertad de expresión, se presta sobre todo a la revisión del todo vale en Internet.
Llevado al ámbito empresarial, esta sentencia debería hacernos reflexionar sobre las políticas online, internas y externas de la organizaciones. La mayor parte de empresas que tienen presencia en medios y redes sociales lo hacen de forma profesional con la ayuda de un Community Manager que gestiona, dentro de la legalidad, sus incursiones en la Red. Pero, ¿qué pasa con las actuaciones de los empleados? ¿Se ocupan las empresas de formar e informar a sus empleados de este nuevo entorno comunicacional y de las consecuencias que pueden tener para la empresa y para ellos mismos sus comentarios en la Red?
Tal y como ha dejado patente la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no se trata de un asuntó baladí.
Nuestra opinión como profesionales de la Comunicación es que todas las organizaciones deben contar con Manuales y Políticas claras de presencia online. Y el objetivo no es coartar el derecho a expresar las opiniones, sino a hacerlo de forma adecuada al canal y sin que estas puedan acarrear consecuencias legales no deseadas. Y, por elevación, estos manuales deberían estar integrados en los códigos éticos y de conducta de la compañía de forma que su cumplimiento estuviera regulado de la misma forma que otros aspectos ya comúnmente aceptados en las organizaciones.
Por Juana Pulido, consultora sénior de Estudio de Comunicación España.
@juanapulido
