Seguramente hace años me hubieran quemado en la hoguera por afirmar que un día los Medios Online superarían a la prensa tradicional en cuanto a sus atributos de Cuarto Poder. Hoy ya no es una herejía afirmar que el tipo de periodismo que Internet posibilita se ha ganado a pulso una posición privilegiada en cuanto a la capacidad de cuestionar, e incluso denunciar,-si hace falta-, todo aquello que pasa a nuestro alrededor y que nos pueden tratar de hacer creer que está bien cuando no es el caso. Estoy hablando de los Medios Online como el Quinto Poder.Y si no que se lo digan a la policía británica, cuya actuación ha quedado más que en entredicho durante las protestas de la cumbre del G-20 en el asunto de si golpearon o no al vendedor de prensa y que falleció de un infarto: Que el portavoz de Scotland Yard dice que no le tocaron, ahí está el diario The Guardian, que, cuelga en su página web dos vídeos (uno de un aficionado y otro de la cadena de noticias Channel Four), que por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, no dejan lugar a dudas: El finado vendedor de prensa Iam Tomlinson sí fue golpeado por los agentes encargados de controlar a los manifestantes durante las protestas en Londres y para más INRI de la institución encargada de mantener el orden, tras difundir el vídeo, lo pone a disposición de la Comisión Independiente de Quejas de la Policía, que ha abierto una investigación sobre el asunto.
¿No ven ustedes también un mecanismo de control adicional al que ejercía hasta ahora el Cuarto poder? Yo sí, el de la inmediatez que permite Internet. Porque estarán de acuerdo conmigo en que la prensa escrita tiene sus cortapisas espaciotemporales, la radio sus limitaciones visuales y la televisión las restricciones propias del hecho de necesitar una infraestructura y tecnología determinada y compleja, mientras que los medios online rompen todas las cadenas a las que están atados los medios tradicionales y no conocen limitaciones ni de tiempo ni de espacio y son accesibles con una tecnología relativamente simple. Seguramente el videoaficionado que grabó la agresión a Iam Tomlinson usó su móvil 3G o como mucho una cámara digital o una cámara de vídeo y lo envío desde su ordenador, Blackberry o Ipod a The Guardian que lo recibió y sin añadir ni quitar absolutamente nada lo colgó en su web, quiero creer que por supuesto lo hizo, tras verificar que no se trataba de un montaje para desacreditar a la policía. Esta secuencia es realidad en estado puro, y ¿acaso hay algo más real que la verdad?
Bendito sean pues el videoaficionado y el reportero de Channel Four que grabaron esta realidad y bendito sea también The Guardian que lo difundió al instante, pero sobre todo bendito sea el medio Internet por permitir tal inmediatez. Desgraciadamente nada le puede devolver ya la vida a este vendedor de periódicos inglés, pero a los herejes como yo nos queda el consuelo de que al menos el Quinto Poder habrá contribuido a que se abra una investigación, que sirva para aclarar la actuación policial y le permita a la familia del difunto Iam Tomlinson saber la verdad.