Un mal día de abril todos los Medios de Comunicación del mundo abrían sus ediciones con la noticia de que una enfermedad llamada «Gripe Porcina» estaba matando a la población mexicana. Poco a poco las informaciones relacionadas con este tema fueron variando desde que la enfermedad se estaba contagiando a otros países hasta afirmar que afectaría a casi la mitad de la población europea. La palabra Miedo se extendió como la pólvora. Desde entonces, la típica carraspera en la garganta después de fumar un pitillo se ha convertido en mil ojos clavados en tu rostro escrutando si esa tos es normal o no.
Todos los organismos reguladores de la salud salieron a la palestra para intentar calmar a la población, pero el Miedo ya estaba en el cuerpo.
México ha sufrido y está sufriendo las consecuencias de la mala gestión de esta crisis: económicas (una nación paralizada y un turismo reacio a viajar al país Azteca); sociales (los habitantes del país han sido vistos y tratados como unos apestados) y de imagen, como señala Patricia Espinosa, Ministra de Exteriores de México, en una entrevista concedida al periódico El Mundo: «La gripe A ha dañado la imagen de México por la desinformación».
Da igual de qué tipo de crisis estemos hablando, bien sea laboral, económica o sanitaria, si no se informa correctamente, si no se prepara un plan de comunicación las consecuencias son impredecibles y los efectos causados muy difíciles de corregir. La Ministra se quejaba de que «asociar la crisis con un país significa no entender qué significa esta pandemia». Pero así es como se ha visto. En la mente de todo el mundo México es el país infectado que está contaminando al resto. ¿Cómo corregir esto? El mal ya está hecho. Una buena comunicación hubiera podido paliar este efecto. Por lo menos, ahora se están tomando medidas. La Ministra de Exteriores mexicana está concediendo entrevistas a los principales rotativos de nuestro país para explicar la postura de su país ante esta crisis. Aunque ya es tarde, están reaccionando.
Espero que el país centroamericano se recupere lo más rápido posible de esta situación, pero también deseo que el resto aprendamos con este ejemplo que en una crisis es mejor tomar las riendas y ser nosotros quienes llevemos la iniciativa en la comunicación y no dejarla en manos de otros para no tener que «reaccionar» sino que «accionar».