Las oportunidades en comunicación no caen del cielo, suelen ser fruto de meditadas estrategias corporativas y mucho trabajo por parte de los responsables de comunicación de las organizaciones.
No obstante, en algunas ocasiones, como ocurre con las operaciones financieras, se presentan grandes ocasiones “comunicativas” que los directivos de las empresas deben aprovechar. Una salida a Bolsa, por ejemplo, o una fusión, suponen un inmejorable momento para presentar públicamente una compañía, para dar a conocer sus productos y servicios. Antes y durante la operación nos tenemos que encargar de sacar a la luz los puntos fuertes de la empresa y dar visibilidad a su máximo ejecutivo. Además de la “noticia” financiera tenemos que ser capaces de sacar partido comercial a la expectativa que se crear en los medios sobre la compañía.
En el caso de una salida a Bolsa, un vez que la compañía ha comenzado a cotizar, el “campo ya está abonado” hemos creado expectativas entre nuestros públicos objetivos, y para bien o para mal , estaremos durante un tiempo “bajo la lupa”, lo que se debería tomar como una gran oportunidad.
Como decía hace poco Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz, “antes del premio, cuando gritaba nadie escucha. Ahora susurro y el mundo entero lo reproduce”. El está aprovechando esa oportunidad para divulgar su mensaje, nosotros debemos hacer lo mismo con las compañías que confían en nuestro trabajo.