LA TRIBUNA DE AUTOMOCIÓN, 07/09/2010.- Artículo de Cristina Rubio, consultora de Estudio de Comunicación, como «DirCom invitado».
Las redes sociales en Internet han cambiado el mundo de la comunicación tan rápidamente que a muchos nos ha pillado de improviso y, pese a que han surgido muchos “gurús” de esta nueva “ciencia”, pocos profesionales de la comunicación conocemos con certeza el terreno que pisamos. Nos hemos tenido que poner las pilas, sin saber muy bien cómo, entre otras cosas, porque aún ni siquiera existen manuales con una metodología clara de lo que se ha venido en llamar Comunicación 2.0. De ahí que, en estos momentos, en las empresas y agencias de comunicación se haya empezado a valorar mucho la figura del Community manager, un término que ha irrumpido masivamente en las ofertas de trabajo relacionadas con el mundo de la comunicación. Se buscan perfiles con experiencia mínima de hasta cinco años, algo que te hace preguntarte si en los últimos tiempos has estado orbitando fuera del mundo y te has perdido la génesis de lo que algunos osados han llegado a calificar como el futuro de nuestra profesión.
Y no es que quiera quitar mérito a las redes sociales que nos permiten, entre otras cosas, posicionar y evaluar nuestra imagen, compartir información de negocio y productos, mantener foros con actuales y potenciales clientes…etc. Pero de ahí a considerarlo la panacea de la comunicación hay un trecho.
Lo que tenemos en nuestras manos es una herramienta más para difundir nuestros mensajes y un mercado, nada desdeñable, de 350 millones de personas…y eso sólo en Facebook. Aún así no es una fórmula mágica. Si no sabemos comunicar, si no somos creativos o si no dotamos a estas plataformas de contenidos relevantes, mejor olvidarse de las redes sociales como herramienta para nuestra estrategia de comunicación. Por eso, no debemos nunca olvidar nuestros orígenes, la columna vertebral de nuestra profesión, el periodismo, el saber contar las cosas, la credibilidad y el respeto a nuestros lectores, cualidades de las que adolecen algunos profesionales de nuevo cuño en esto de la comunicación.
Facebook me recuerda, en muchas ocasiones, a mi época de instituto cuando aspirábamos a una cierta popularidad por miedo a caer en el doloroso ostracismo adolescente. Y es que como sentencia una compañera mía: “Facebook es como la vida misma”…y no le falta razón. Hay personas cuyos mensajes en la red provocan un encadenamiento de reacciones y otras cuyas palabras caen en saco roto sin depender necesariamente del contenido del mensaje sino de la popularidad del emisor. En la comunicación empresarial 2.0, a veces, ocurre lo mismo. Si eres una firma conocida ya tienes más de la mitad del camino andado, pero no todo.
Por mucho que algunos nos rebelemos, hay que aceptar que las redes sociales han llegado para quedarse -no son fruto de una moda- y constituyen una oportunidad: según estudios recientes, el número de usuarios únicos diarios en Facebook, Tuenti o Twitter triplican al de los lectores de diarios. Los prosumers (productores+consumidores) son consumidores y fuentes de información con una influencia, en algunos casos, equiparable a la de los medios de comunicación tradicionales y existen más de 100 millones de blogs poblando la blogosfera. Así es que más vale que empecemos a dominar la Comunicación 2.0 antes de que ella no domine a nosotros.
Por eso, yo, de mayor, quiero ser Community Manager.
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