Comunicar la comunicación

wikileaks

Como casi todos conocemos ya a estas alturas, se difundió desde wikileaks.org una exclusiva de impacto mundial: más de 250.000 folios que contienen las opiniones de la diplomacia americana sobre el resto del mundo. Respecto a anteriores revelaciones tipo Watergate, hay dos aspectos que creo cambian el panorama de información y uno en el que no.

En primer lugar, esta gran filtración supone el reconocimiento del canal. Internet se confirma como un canal válido para la difusión de información de calidad, hasta ahora cuestionado. Las páginas web de los más importantes diarios del mundo (New York Times, The Guardian, Le Monde y El País, a los que se unió el semanario Der Spiegel) hicieron pública la noticia de forma simultánea. Además, incluso, El País hizo la «Comunicación de la Comunicación»; es decir: en la página web del periódico español se puede ver un vídeo sobre cómo vivió la redacción esos momentos previos, el nerviosismo y la satisfacción por la exclusiva.

En segundo lugar, se demostraron eficaces las sinergias entre el mundo offline y el mundo online, tan cuestionadas por algunos. Desde luego que la repercusión de la información es global por el mero hecho de difundirla a través de Internet. Pero, más que nada, llama la atención el uso que se ha hecho de las ediciones en papel de los Medios antes citados. Todavía el papel se sostiene a la hora de difundir información y sin el papel probablemente la transcendencia de la noticia hubiera sido muchísimo menor.

Lo que desde luego no cambia es el asesinato del mensajero. Políticos norteamericanos de todas las corrientes han corrido a matar al mensajero. Ahora resulta que lo importante es quién difunde esos papeles y no las opiniones y el problema que tienen los servicios de inteligencia norteamericanos en su interior…

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