Diario Abierto, 21/01/2011.- Artículo de Miguel Fernádez, consultor senior de Estudio de Comunicación. Puede ver aquí la reseña y acceder a la página de Diario Abierto .
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Hay paradigmas que no han variado ni para la información ni para la comunicación. Las 5 W siguen siendo fundamentales, como también lo es que no es noticia que un perro muerda a un hombre pero sí lo contario. Lo que sí han cambiado, a pesar de que haya quien aún se resista a creerlo, son los soportes. Y aunque es cierto que la preeminencia de prensa, radio y televisión sigue siendo fundamental, no lo es menos que los canales actualmente más dinámicos son los que ofrecen las redes sociales.
Son legión los ejemplos de famosos y deportistas que ya hacen de las redes sociales sus espacios de comunicación con sus seguidores. Los primeros pasos se dieron en el mundo anglosajón, donde, por citar algunos, Demi Moore, Lady Gaga, Justin Timbelarke, Ashton Kutcher o Lance Armstrong animan diariamente estas plataformas, de las que son ya todos unos “mitos” para sus fans.
En España, esas ventanas para interactuar también están siendo aprovechadas, igualmente, por algunas celebridades, tal es el caso de Rafael Nadal, Alejandro Sanz, David Bisbal, Andrés Buenafuente, Rudy Fernández, Jorge Lorenzo… Y cada vez son más las que se suman a ellas, léase Twitter o Facebook, para dar respuesta inmediata a sus seguidores, y de paso a los periodistas y a la opinión pública, sobre nuevas noticias, algo que, hace algunos años, solían hacer a través de ruedas de prensa.
Negar la importancia que las redes sociales han cobrado, así como negar su capilaridad e inmediatez, es negar la evidencia. Si no fueran efectivas, no se habrían subido a su carro no sólo famosos y celebridades, sino políticos y también empresas que, a través de ellas, mantienen abierto un canal de comunicación con sus clientes por el que los directores de comunicación y de marketing habrían pagado hace años el oro y el moro.
Negar la influencia que estos canales tienen en sus seguidores es también negar la realidad. Si no, que se lo digan a los promotores de la campaña The Digital Life Sacrifice (El sacrificio de la vida digital), puesta en marcha el pasado mes de diciembre y a la que se han sumado muchos famosos, con el ultimátum que ello conllevaba: o sus seguidores donan un dólar para luchar contra el sida, o estos famosos dejarán de actualizar sus perfiles 2.0.
Con todo, si hay algo que demuestra que los soportes en comunicación han cambiado, y que entre los canales para transmitir la información las redes sociales se han aupado a una posición de privilegio, es que son los propios profesionales de la comunicación quienes, cuando necesitan transmitir algo, se decantan por ellas, sin que en este caso se cumpla lo de “en casa de herrero, cuchillo de palo”.
Por recordar algunos casos próximos en el tiempo, Paco González optó por Facebook como principal canal para explicar su fichaje por la Cope y su perfil recibió un aluvión de visitas. Y hace tan sólo unos días, los profesionales del diario económico Cinco Días, ante el anuncio del inminente despido de 25 miembros de su plantilla, decidieron también que el mejor canal para dar a conocer su situación y protestar eran las redes sociales, a través de un grupo en Facebook y una cuenta en Twitter.
La comunicación está cambiando, de ello no hay duda. Y si el objetivo es conseguir que los mensajes lleguen al mayor número de personas posible y en el menor espacio de tiempo, los profesionales de la comunicación debemos asumir que el compás ahora es otro y que la pista de baile más multitudinaria ahora está en Internet. Y no son milongas, sino más bien tangos, pues no en vano estas Navidades el envío de SMS de felicitación ha caído cerca de un 10%, espacio que las operadoras asumen que les han robado Facebook, Twitter y Tuenti.