Cajas o bancos, voces o ecos

Invertia, 25/01/2011.- Artículo de Ramón Almendros, director de Estudio de Comunicación. Puede ver la reseña aquí y acceder a la Web de Invertia.

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Los medios de comunicación y los expertos insisten en que el saneamiento de nuestras instituciones financieras, especialmente el de las cajas de ahorros, necesita bastante más de lo realizado hasta ahora para que sean aceptados por los mercados internacionales. Se han producido tantas opiniones en este sentido que su repetición resulta ociosa. La más reciente, la de Jaime Caruana, director general del Banco de Pagos Internacionales y anterior gobernador del Banco de España, quien ha dicho claramente que las cajas deben de ser bancos para poder estar en los mercados internacionales de capital. Según Caruana, esta adaptación ha de hacerse con rapidez.

La duda es si el modelo de fusión fría, es decir, el SIP, puede ser el adecuado para que los bancos-cajas sean considerados internacionalmente como bancos, según los parámetros de la UE, del Fondo Monetario Internacional y de otros organismos, y, fundamentalmente, de los inversores. La respuesta de los mercados a las cuotas participativas y las emisiones de obligaciones y otros instrumentos de capitalización ayudará a despejarla. Por otra parte, la realización de nuevos tests para medir con más rigor la realidad de las instituciones financieras europeas también clarificará el panorama, porque las anteriores pruebas realizadas parecen haber aportado más confusión que claridad.

También estamos, en esta cuestión, en el eterno problema entre el ser y el parecer, que no siempre coinciden. Y, aunque pueda parecerlo, un Sistema Institucional de Protección no es exactamente igual que un banco. Por tanto, éste es un problema de imagen y también de realidad.

La voz de los expertos tiene estos ecos. La comunicación es más eficaz cuanto más claro es el mensaje que se debe transmitir. Y nuestras cajas, para generar la credibilidad y confianza que necesitan al día de hoy, deben ser capaces de trasmitir mensajes claros y creíbles. Lo de “banco-cajas” o “cajas-banco” no es fácil de entender fuera de nuestras fronteras.

Pues ha llegado el momento de pararnos, como decía Antonio Machado, a distinguir las voces de los ecos. Los ecos se repiten porque existen voces claras y potentes que dicen que, para reforzar la capitalización de las resultantes de fusiones y dotarlas de recursos propios, en definitiva, para asegurar su solvencia y viabilidad, tienen que cambiar su realidad o explicar con claridad su nueva realidad. En éste como en tantos casos, la conclusión no puede ser más rotunda y evidente: sea cual sea el modelo sin transparencia no habrá confianza.

Técnicos, juristas y, fundamentalmente, gobernantes y legisladores han de decidir si tienen razón las voces que afirman la necesidad urgente de cambiar la estructura de estos sistemas o si dejan que se extingan sus ecos.

Los comunicadores poco podemos decidir sobre el modelo, aunque si podemos señalar las dificultades de explicarlo. También podemos aconsejar que cuanto más claro sea el modelo, más parecido a lo que ya existe, más fácil será explicarlo. Y podemos señalar que para logar que las nuevas cajas, sean éstas SIP o banco, ganen la confianza de los mercados, sus directivos tienen ante si un trabajo que deben afrontar con rigor y profesionalidad, y que no es otro que mejorar la comunicación con los inversores, nacionales e internacionales, a los que hasta ahora no tenían que acudir pero de los que, a partir de ahora, dependerá en gran parte su futuro.

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