Mala imagen por un buen pepino

Sin duda es deformación profesional, pero todo este tema del pepino, el caso de la contaminación por E.coli en Alemania, me ha recordado esa máxima de comunicación que ningún profesional de la materia debe olvidar: toma la iniciativa en comunicación y da tu mensaje el primero, argumentado y contundente, porque si no, ese espacio de silencio que tú permites será ocupado por otros. Hay que reconocer que una vez más los alemanes nos han ‘ganado por la mano’ porque han salido a capella, sin pruebas fehacientes pero con decisión, a defenderse y posicionarse como víctimas de unos ‘verdugos’ contaminantes que son los agricultores españoles.

Si se ha implantado desde hace años un sistema importante como es el de la denominada ‘trazabilidad’; es decir, el seguimiento de cualquier producto desde la explotación agrícola o ganadera donde se produce hasta la tienda o supermercado donde se vende, habría que tener unas ciertas precauciones antes de acusar a los pepinos españoles de culpables. Ya sé que no es un caso baladí: los afectados por la E.Coli son muchos y se está muriendo gente. Por eso es fundamental e inminente que se aclare y que se cuente cómo llegó la bacteria a los afectados.

Pero vamos a lo nuestro: como decía una tertuliana en Onda Cero, si de este asunto se hubiera ocupado una buena empresa de Comunicación, ‘otro gallo cantaría’. En los primeros días, la lentitud en la reacción y la falta de información provocaron más alarma y llevaron a la sospecha sobre una posible ocultación o desinformación sobre la verdadera realidad, por más que una consejera de sanidad española intentase callar las palabras de una consejera de sanidad alemana haciéndose la foto del “muerdo” al pepino. Se provocó una crisis de comunicación y eso sólo se combate con profesionalidad, transparencia, rapidez y eficacia.

Insisto: no es una crisis de las empresas productoras o del país de origen que haya desembocado en crisis de comunicación, sino, para nosotros, una crisis de comunicación generada por la maledicencia de una señora agobiada por su posible responsabilidad en varias muertes. Y su gestión tiene unas técnicas en las que conviene apoyarse que, desde luego, no consisten en vestirse de blanco y comerse un pepino a mordiscos.

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2 Comments
  1. Sinceramente, para el viaje no hacen falta estas alforjas. No dices nada, lo fias todo -como en el resto del blog- a vagas opiniones que no aportan otra cosa que lo que ya sabemos, que hay que actuar en el camino correcto.
    Supongo que detrás de esta ¿calculada? actitud se esconde un deseo irrefrenable de consulta ….. abonada. Si no, no me explico el vacío de contenidos.
    Un blog profesional es para ofrecer algo más; el «yo ya lo sabía» o el «ese es mal camino» no ayuda a volver a visitarlo. Hay que «mojarse» con algo propio y, sin trascendencia, útil para el lector, que se supone medianamente formado, en este caso.
    Saludos.

  2. Gracias, Ángelo, por tu comentario. Gracias, digo, aunque viertas una crítica negativa.

    Permíteme decirte, sin embargo, que no escribo este bitácora para profesionales que saben de qué va esto de la Comunicación, sino para crear inquietud, precisamente, entre quienes no son profesionales de esto; para que sigan buscando si les interesa el campo.

    Verás: se me ocurrió poner en marcha este blog cuando un cliente de Estudio de Comunicación me dijo, abiertamente, que él estaba harto de que le diesen argumentos técnicos con “palabros” (fue su expresión) cuando preguntaba “por qué” en asuntos de Comunicación. Y que le gustaba la sencillez con que le habíamos explicado las ventajas de hacer una Auditoría de Imagen (Huella Digital incluida) y qué podía obtener, que para profundizar técnicamente ya buscaría documentación si la necesitaba. Eso que a ti te parece obvio, a otros les abren caminos.

    Bueno: es así de simple… Comento cosas que me enseña mi trabajo cotidiano para personas que están en otros trabajos. Que no tengo vocación de catedrática, vamos.

    Saludos.

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