La información diaria baja muy revuelta. Las pasadas elecciones municipales y autonómicas han abierto la caja de los truenos políticos en España. Estamos con las declaraciones, los ataques, las valoraciones, los análisis… y la información ya no fluye, sino que se transforma en un río turbulento.
Por si fuera poco, otras muchas noticias pugnan por hacerse un hueco en la desbordante actualidad. Las plazas de España se llenan de tiendas de campaña; estalla un volcán y media Europa sufre retrasos en los aviones; los tornados arrasan los estados norteamericanos de Misuri y Oklahoma, el director del FMI es acusado de violación…. Parece que todo ocurre a la vez y nos obliga a saltar de una a otra información sin saber bien en qué centrarnos.
Esta vorágine informativa me ha hecho reflexionar sobre la importancia de elegir el momento adecuado para lanzar un mensaje. Y por ello me ha sorprendido (hasta cierto punto, porque para nuestra desesperación comienza a convertirse en una rutina más de la época estival) que los pilotos de Iberia hayan anunciado la posibilidad de una próxima huelga en verano.
Desde el punto de vista de la Comunicación, elegir correctamente el momento del mensaje, lo que algunos llaman “medir los tiempos”, es de vital importancia para lograr nuestro objetivo. Muchas veces centramos todos los esfuerzos en elaborar una estrategia brillante y nos relajamos en lo que se refiere al momento idóneo en el que lanzar el mensaje.
Todos los que trabajamos en la Comunicación hemos comprobados con horror -al menos alguna vez- como nuestro trabajo se diluía en una actualidad repleta de información y en la que intentar “colocar” una noticia o atraer a un periodista a un acto, era poco menos que una misión imposible.
Elegir correctamente los tiempos de la Comunicación es primordial. Estoy segura de que si lo conseguimos, no sólo nos ahorraremos malos ratos ante nuestros clientes o jefes, sino que tendremos muchas más oportunidades de éxito en nuestro trabajo. Carpe diem.
