Y nunca mejor dicho. Es lo que tienen las redes sociales: que enredan. Si no, que se lo digan al diputado socialista extremeño Ignacio Sánchez Amor, que hace unos días aprovechó su perfil en Twitter para echar más leña al fuego de la arena política, en este caso a cuenta de la exvicepresidenta Elena Salgado. De ella ha dicho, textualmente, que “lo que menos me asombra del caso es que trabaje para Endesa. Lo asombroso es que haya sido vicepresidenta de un gobierno socialista”.
Ni que decir tiene que el “tuiteo” obtuvo repercusión mediática y que poco tardó su mensaje en circular entre miles de usuarios. Eso pone de manifiesto que hay quien aún sigue sin tener en cuenta la dimensión que, en materia de comunicación, tienen las redes sociales, algo que, dedicándome a lo que me dedico, no deja de sorprenderme.
Todavía, cuando hablo con colegas o clientes, hay quienes creen que “lo de Twitter y Facebook” no tiene ningún sentido y que no aporta valor ninguno. No pretendo enmendar la plana a ninguno de ellos. Sin embargo, espero que ejemplos como éste sirvan para, al menos, ver que si las redes sociales se han convertido ya en un patio de colegio para muchos de nuestros diputados -ojo, que otro socialista, el exdiputado por Granada José Antonio Pérez Tapias, poco tardó en seguir la “corriente” también en Twitter añadiendo que el de Salgado es “un fichaje energético (…) sobre todo para ella”-, habrá al menos que “vigilarlas” para evitar que por sus “alcantarillas” se vaya la reputación que tantos años le cuesta construir a muchas empresas y marcas. Yo cada día lo tengo más claro, ¿y vosotros?