El pasado domingo se produjo un hecho histórico: Felix Baumgartner logró romper el rècord de la barrera del sonido sin apoyo mecánico. El austriaco se lanzó en caída libre desde más de 39.000 metros de altura. La imagen resultó ser inigualable: una maravillosa visión de nuestro planeta desde la estratosfera.
Pero dejando de lado la indudable espectacularidad de la acción es destacable que se trata de un proyecto privado financiado por la conocida bebida energética, Red Bull, bajo el nombre de Red Bull Stratos. Este proyecto no sólo busca la espectacularidad del salto de Baumgartner sino que, además, se trata de un experimento que tendrá una aplicación futura para la fabricación de los trajes despresurizados de los cada vez más cercanos turistas espaciales.
Se trata de una iniciativa científica y espectacular, pero, sobre todo, con mucho riesgo, que no corrió solo el propio Baumgartner sino también Red Bull ya que si se hubiese producido un desastre este quedaría para siempre ligado al nombre de la bebida. Pero, no fue el caso, sino que el salto supuso todo un éxito y la consecución de tres récords guinness que hizo arder las redes sociales y pudo ser seguido en directo desde la televisión, en España fue retransmitido por el canal Tele Deporte de RTVE, y desde internet, con la retransmisión directa desde la página del proyecto www.redbullstratos.com y Youtube que llegaron a colapsarse.
La marca grabada en la cápsula, en el casco, en el traje, en el paracaídas…, la cantidad de veces que a lo largo de las retransmisiones se repitió el nombre del proyecto, sumado al más que considerable impacto mediático a nivel mundial de un evento que no se ve todos los días han hecho que la marca Red Bull quede grabada en la cabeza de los consumidores ligado además a su propio espíritu de riesgo y velocidad. Desde luego que la inversión habrá sido más que considerable, pero en lo que a la asimilación de la marca por parte del consumidor se refiere, un sobresaliente para Red Bull que ha cumplido con su lema y «ha dado alas».
Por Silvia Rodríguez, consultora.
@Silvirs
Foto: deomen56