#COMUNICACIÓN: Incoherencia en el mensaje

Tarde de domingo trepidante… Todo un título de liga, nueve meses de competición, se juega en dos horas… El equipo más “modesto”, con un cierta ventaja, pero con el factor en contra de jugar en campo contrario… Las respectivas aficiones gritan, cantan, aplauden, se levantan y sientan compulsivamente con las carreras de los jugadores, vibran, lloran…

La tensión es tanta que, aún para quien el fútbol no sea más que un simple pasatiempo ajeno a devociones y fobias, es comprensible un estallido de emoción de los seguidores del vencedor. Hasta ahí, lo normal. A partir de ahí, me quedo con el mensaje de quien marcó la estrategia deportiva del equipo campeón -no es textual, porque está cogido al oído en la radio, pero más o menos-: “si se desea, con trabajo y esfuerzo se logra”. ¡Olé! Si el deporte debe ser ejemplo, como se mantiene en los foros políticos y de educación, para la gente joven -y no tan joven- que tiende a idealizar a los deportistas y a sus entrenadores, el mensaje es, simple y llanamente, la “pera”: corto, escueto, contundente, comprensible… Genial, sin duda; todo él: al completo o por partes.

Pero luego viene la (las) celebración (es). Voy a dejar al margen mi incomprensión por la manía de los futboleros -no sucede lo mismo con otras aficiones deportivas; que yo sepa, al menos- de invadir plazas y monumentos para celebrarlo, en vez de ir a sus respectivos estadios a montar la juerga, en los que seguramente tendrían mucha más libertad de mostrar su efusividad y emociones. Aceptado, a regañadientes, que se celebre en lugares de las distintas poblaciones señalados como emblemáticos, pero lo que debería ser ley es el respeto a los demás, a su vida, a sus cosas y a las cosas comunes. Subirse a un monumento que forma parte del Patrimonio Nacional, prohibido para todo el mundo, no parece la mejor manera de respetar a los demás. El mensaje de «a mi me permiten lo que no se permite a los demás» no es el mas adecuado.

En cualquier caso, me pone los pelos de punta la unión de los dos mensajes: “si se desea, con trabajo y esfuerzo se logra el derecho a hacer lo que uno le venga en gana con la Ley y las normas de convivencia”. Una pena.

Jesús Ortiz, Consultor sénior de Estudio de Comunicación España.

@JesOrtizAl

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