Los comentarios xenófobos vertidos en twitter tras la derrota del Real Madrid de baloncesto frente al equipo israelí Maccabi de Tel Aviv en la final de la Euroliga y los realizados tras el asesinato de la presidenta de la Diputación de León han vuelto a encender la mecha del debate en torno al control de las redes sociales. Un asunto engorroso donde los haya.
El tema ha sido y sigue siendo una china en el zapato de legisladores y gobernantes que parecen no ponerse de acuerdo en cómo hacer frente al desafío que suponen las redes sociales en nuestro sistema democrático.
Desde Estudio de Comunicación hemos reflexionado sobre este asunto en diversas ocasiones y el dilema no es sencillo de dilucidar: ¿se requiere de una legislación o reforma específicas para combatir los delitos en las redes sociales o con el código penal actual es suficiente? Para el Gobierno y, sobre todo, después de las amenazas y comentarios vertidos tras el asesinato de la dirigente del PP, las leyes actuales no son suficientes y el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ya ha solicitado que se revise la legislación para hacer frente a los delitos cometidos en las redes sociales, pese a que expertos juristas aseguran que no es necesario.
Por otra parte, según la brigada de investigación tecnológica de la Policía (BIT) este tipo de comentarios insultantes son muy minoritarios, representando sólo el 1% de los realizados en Twitter. Además, los propios internautas se encargan en muchas ocasiones de alertar sobre los mismos y marginarlos haciendo llamamientos para que los perfiles autores de los mismos no sean seguidos.
El debate está servido, una vez más, y confiemos en que en esta ocasión se llegue a un consenso entre legisladores, juristas, políticos, gobernantes y asociaciones de internautas para abordar y penalizar, judicial o socialmente, este tipo de actuaciones sin que se convierta en una gran bola de nieve difícil de manejar.
Se requiere de responsabilidad por parte de todos, incluidos los Medios de Comunicación en su labor de informar y conceder la importancia real que tiene un 1% de los comentarios realizados en twitter.
Por Cristina Rubio, Consultora Sénior de Estudio de Comunicación.
@Cristina_RubioP