El storytelling del Brexit

La reciente campaña para el referéndum sobre la permanencia o abandono por el Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit, ilustra con fuerza cómo el relato, la argucia argumental, en definitiva, el casi ubicuo storytelling de hoy en día ha permeado de forma abrumadora los discursos de los abanderados de una y otra postura hasta sepultar un debate equilibrado, racional y ponderado de los argumentos en disputa.

Desde la Odisea y el Mahabharata hasta Las aventuras de Harry Potter, la magia de la narración ha sido la herramienta que narradores y  fabuladores han utilizado para conectar emocionalmente con su audiencia, para emocionar, seducir, convencer, enganchar, en suma. De igual manera, en un debate tan complejo como el del Brexit y con implicaciones tan relevantes para los más de 65 millones de británicos, los elementos emocionales e instintivos han primado frente a lo racional.

Así, desde el alcalde de Londres, el carismático Boris Johnson, al  primer ministro británico, David Cameron,  todos han abusado de una retórica hinchada de lugares comunes, de medidas verdades o medias mentiras, urdidas en un bastidor de ruido y furia que han moldeado una narrativa a veces primaria.

Como señaló recientemente Alistair Campbell, el otrora archipoderoso director de comunicación de Tony Blair en un artículo publicado sobre el Brexit en The Financial Times, “en un paisaje conformado por las redes sociales, la gente tiende a buscar aquellas opiniones que refrendan las que ya tienen”.

En el bando de los que quieren dejar la Unión Europea, la narrativa presentaba un panorama desolador, la inseguridad, el desempleo, la pérdida de poder de decisión, la inmigración rampante, dibujando un lugar idílico al final del arco iris: un país, que despojado de las ataduras burocráticas de Bruselas, emerge independiente, sólido, fuerte, recuperando el hálito imperial perdido y enterrado tras las dos guerras mundiales.

En el bando opuesto, la narrativa de los partidarios de la permanencia en la UE ha estado casi abonada exclusivamente con la semilla del catastrofismo, del colapso que se generaría en la economía británica, el desplome de la libra, el descenso inmediato de la renta de los británicos, la caída al abismo.

No es de extrañar que una de las más sobresalientes fabuladoras británicas de la última década, la novelista J.K. Rowlings haya afirmado con rotundidad: “Los dos bandos nos han estado contando historias en la campaña. Apelan a nuestra necesidad universal de entender el mundo que nos rodea gracias a la narración. No han tenido miedo alguno en evocar de forma calculada monstruos para alimentar nuestros miedos más profundos”.

Por Adolfo Lázar, Consultor Sénior de Estudio de Comunicación España. 

@alazaro_m

 

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