La complejidad que conlleva en la actualidad la toma de decisiones en el mundo financiero hace necesario un exhaustivo análisis de multitud de datos, tendencias y variables. Una vez superada la frontera entre lo ‘on’ y lo ‘off’, donde el universo de datos para pescar se antoja descomunal, la tenue barrera entre lo tangible y lo inmaterial está saltando, definitivamente, por los aires.
Instituciones financieras de primera línea están, de hecho, contratando perfiles profesionales cada vez más heterogéneos. Así, a los matemáticos, físicos e ingenieros se están uniendo también -por ejemplo- lingüistas y geógrafos, tratando de aportar su granito de arena en los trabajos de análisis.
La idea es contar con equipos multidisciplinares capaces de analizar bases de datos desde diferentes perspectivas, ángulos y enfoques para aportar distintas piezas que conformen, finalmente, un puzle lo más amplio posible sobre el que sacar valiosas conclusiones en el siempre complejo proceso de toma de decisiones.
La clave no es otra que tratar de adelantarse al mercado. De esta forma, el gestor de fondos de Goldman Sachs, Osman Ali, según recogió recientemente el diario Cinco Días en una interesante entrevista, asegura que entre las herramientas que utilizan para llevar a cabo su trabajo en inversión cuantitativa dispone de una panoplia de técnicas diferentes, que va desde la inteligencia artificial y el aprendizaje automatizado hasta el análisis de las páginas web de las empresas o, incluso, la observación vía satélite de la ocupación de los aparcamientos de las grandes superficies, como Ikea.
Sin embargo, lo interesante, en este caso, es el hecho de que reconozca la importancia de la comunicación empresarial. De este modo, Ali indica que su equipo analiza las notas de prensa de resultados que emiten trimestralmente las compañías o los discursos de los directivos, afirmando que los adjetivos utilizados en estos configuran datos muy valiosos para ellos.
Asimismo, el alto ejecutivo de Goldman Sachs subraya que también siguen analizando “exhaustivamente” el tono de las noticias que se publican de cada compañía ya que, indica, “los periodistas suelen conocer el sector en profundidad y su visión sobre una empresa está bien informada”, frente al cada vez mayor descrédito que le merecen las redes sociales, donde “hay cada vez más ruido” y, además, suponen un terreno abonado para la “manipulación”.
Por Fernando Geijo, director en Estudio de Comunicación España.