La Comunicación, juez y parte de la Employer Value Proposition (EVP)

La Comunicación Interna tiene un rol significativo no solo en la comunicación de la EVP sino también en su configuración. En este post explicamos en qué consiste este rol.

Recientemente he asistido a una presentación muy interesante sobre tendencias en las políticas retributivas de las compañías (basada en un estudio muy riguroso realizado por KPMG). Me interesaba fundamentalmente cómo se estaba tratando la comunicación con los empleados de estos asuntos en las grandes compañías del IBEX. No me sorprendió descubrir que entre el 63% y el 89% orientaban su comunicación a aspectos concretos de sus políticas retributivas (criterios para determinar la RV o la RF, etc.) y solo el 46% (y ya es un buen %) comunicaban “cuál era su propuesta de valor al empleado”.

Como ya mencionaba mi compañera Juana Pulido en su post “Comunicación y Cosmética”, las empresas abordan en muchas ocasiones la construcción de su propuesta de valor al empleado como un discurso de “venta” tras del que, en bastantes ocasiones, hay pocas dosis de realidad.

La propuesta de valor del empleado (EVP) es lo que la compañía promete a sus empleados en términos de tangibles e intangibles -los beneficios y valores que atraen, motivan y retienen a los mejores empleados-. Es sueldo y beneficios, pero también es todo lo que ayuda a “mover el compromiso” de un empleado más allá del salario.

Esta propuesta se renueva cada día porque se sustenta en la “experiencia” que el empleado tiene en la organización; en sus relaciones internas, con el jefe, con los departamentos que le dan servicio, con las prácticas de comunicación interna que observa, la identificación que siente con los valores de la marca, lo que ésta le aporta a su propia “marca personal” … es decir, se sostiene en la percepción y en los comportamientos que los empleados observan en su empresa.

Desde mi perspectiva, la comunicación interna es la “onda portadora” de los valores intangibles -las relaciones interpersonales, el trabajo en equipo, las relaciones jerárquicas, el reconocimiento- y también tangibles -cómo explicamos nuestras políticas de personas- que configuran la EVP. El rol de la comunicación interna es parte indisoluble de la EVP.

Por otra parte, para construir la EVP de una organización la teoría nos diría que hay que partir de:

  • la esencia -lo que somos, a lo que aspiramos y cómo queremos actuar entre nosotros y con nuestros clientes para tener éxito –
  • las políticas y prácticas que determinan nuestro funcionamiento, consistentes con nuestros valores.

La experiencia me dice que suele existir una cierta o a veces gran desconexión entre lo que cuentan nuestras declaraciones -nuestro discurso a veces cosmético como diría Juana Pulido- y la realidad que observan las personas incluso en la aplicación de nuestras políticas y nuestras prácticas, especialmente las que tienen que ver con la dirección de personas y en las que implican a RRHH. La EVP necesita ser revisada a fondo y no solo en su formulación.

Y esto nos conduce al siguiente momento clave para la comunicación interna. No es suficiente una revisión crítica y autocrítica desde la Dirección. La Comunicación Interna es la herramienta responsable de ayudar a escuchar y comprender la “realidad que observan nuestros empleados en esa propuesta de valor”. Sin incorporar esta percepción es imposible comprender el valor que realmente estamos ofreciéndoles. No hay valor en lo que ofreces, si no en lo que el otro te reconoce. Esto que es indiscutible cuando pensamos en los clientes, todavía es un handicap para algunas empresas.  Ojalá que compartir estas reflexiones vaya allanando el camino.

Por Concha Gómez, Directora del Área de Comunicación Interna de Estudio de Comunicación España.

@concha_gomez

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