Filosofía: aprender a pensar, aprender a comunicar

Habrá que celebrar que los grandes grupos políticos españoles se han puesto de acuerdo en algo; pero, sobre todo, que ese algo sea decirle al Gobierno que la Filosofía sea de nuevo materia común y obligatoria. Un reconocimiento, sin duda, de que sin Humanidades estamos creando un país de personas que no piensan, que no escuchan y que, por tanto, no tienen las claves para comunicarse con la sociedad que les rodea.

Curioso: hemos aprendido a discutir sobre inteligencia artificial, pero se nos ha olvidado que en cada uno de nosotros existen, parece, un montón de inteligencias que, de no cultivarlas, se pierden irremisiblemente. Es tan duro como esto: estamos perdiendo la capacidad de amar el aprendizaje, de amar saber cada día algo más. Y por ahí va la Filosofía (vale: ya sé que simplifico mucho; pero es la esencia). Se trata de aprender a pensar para conocer y para dar forma a esas inteligencias.

Pararse a pensar, a razonar, impulsa la escucha. Ambos aspectos, razón y escucha, son la base de la Comunicación. Conviene recordar que, si no escuchamos al receptor, no estaremos comunicando, sino soltando un rollo infumable.

No es saberse de memoria a los clásicos.

Eso sí: conviene que quien quiera que deba tomar la última decisión, sobre cómo implementar de nuevo la asignatura en las aulas, se pare (también) a pensar. No se trata, opino, de implantar otra vez la Historia de la Filosofía. No es que los alumnos aprendan de memoria frases comodín de los clásicos, inmensas en sí mismas, que por sí solas apenas si llegan a dar una manita de pintura en el complejo cultural de cada persona. Se debe enseñar Filosofía, enseñar a pensar, a activar el sentido crítico.

Esto del sentido crítico, por ejemplo, es todo un clásico hoy. Medios de Comunicación, políticos, comunicadores y especialistas estamos pidiendo a la población que se pongan en modo ‘sentido crítico’, a la hora de recibir y difundir información, como remedio a los efectos negativos de las noticias falsas (fake news). Y se lo pedimos a personas, sobre todo los más jóvenes, a las que hemos habituado a la inmediatez, a actuar ‘sin pararse a pensar’. Hemos potenciado la comodidad de hacer, sin más, frente al trabajo intelectual del análisis, por somero que sea.

“Conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo”. Lo habrá adivinado el lector: la frase es la definición que la RAE hace de Filosofía. Pero, hágame caso y léala otra vez… Así, degustando cada palabra… ¿Verdad que está hablando de la pura esencia de la Comunicación? Es más: cualquier tecnología, ciencia, oficio o profesión requiere reflexionar sobre, como mínimo, los efectos de las cosas sobre el hombre. Así que, celebremos que la Filosofía vuelve a nuestras aulas.

Jesús Ortiz, director del Área de Formación de Estudio de Comunicación.

@JesOrtizAl

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