La vestimenta también comunica: lo que la corbata nos cuenta

«Los tiempos están cambiando que es una barbaridad», decían nuestras abuelas, y ahora existen nuevas normas y recomendaciones en el vestir incluso en mundos muy tradicionales a la hora de marcar los cánones del buen gusto en la vestimenta.

Dos noticias recientes ponen en entredicho las pautas en la etiqueta en dos sectores tradicionalmente muy conservadores: el financiero y el llamado “mundo del corazón”; para entendernos: Goldman Sachs y Ascot. 

Un nuevo cambio que pone en jaque las tradiciones más arraigadas. En las populares carreras británicas de caballos de Ascot, cada uno podrá vestir de la forma que considere más adecuada, siempre buscando la comodidad. Ellos ya pueden olvidar el obligatorio chaqué negro o gris con chaleco y corbata, sombrero de copa sin adornos y zapatos negros. Ellas ya no estarán obligadas a los largos de las faldas y los prohibidos escotes y tirantes mínimos. Eso sí, el sombrero y las pamelas todavía no han caducado. 

Los sombreros siempre fueron un signo de distinción y se relacionaban con personas de cierto postín. Un símbolo que comunicaba exteriormente que eran de una clase superior y pudiente. De hecho, en España, en los años cuarenta y cincuenta, una famosa sombrerería madrileña basaba su estrategia de comunicación en asegurar que “los rojos no usaban sombrero” para vender esta prenda.

Pues bien, el sombrero continúa vigente en las famosas carreras de Ascot. Así lo cuenta el diario británico ‘The Telegraph’, que asegura que los organizadores han anunciado que este año podrán vestirse como quieran para ir a las carreras, siempre que se mantenga un cierto decoro, pero que no falte el sombrero, obligatorio tanto para ellas como para ellos. De todas formas, no nos privaremos de ver y comentar los algunas pamelas estrafalarias que siempre son motivo de comentario y que no se arrinconarán de manera tan sencilla y tan rápida.

Y ¿qué pasa en el mundo financiero? Si ya prácticamente era una norma no escrita los casual frydays en las consultoras, en los bancos y en el mundo de la abogacía, los más tradicionales en las normas del vestir, el traje y la corbata dejarán de ser la pauta obligatoria o, por lo menos, se irá cambiando la tendencia.

Goldman Sachs, el banco de inversión norteamericano, ha enviado un comunicado interno a sus más de 36.000 empleados en el mundo para que puedan vestir de forma más flexible en lugar del hasta ahora prácticamente obligatorio traje y corbata.

El banco neoyorkino de inversión ya permitía algunas licencias en el vestir en sus secciones tecnológicas y digitales, al igual que pasaba en otras empresas más disruptivas o en sectores como la publicidad, donde los creativos siempre han tenido bula con su vestimenta. 

Los nuevos tiempos exigen otros códigos de comunicación y no sólo en la vestimenta. La entrada en liza en puestos de más o menos responsabilidad de los millenials y la generación Z nos están ayudando a cambiar.

El banco de negocios, no obstante, apela al buen juicio de los empleados y a saber distinguir en función de sus clientes y de sus expectativas. 

En definitiva, todo comunica, pero hay dos dichos muy populares y arraigados en nuestra sociedad que serán difíciles de erradicar: “aunque la mona se vista de seda, mona se queda” y “el hábito no hace al monje”. Sin embargo parece que, más pronto que tarde, diremos adiós a la corbata diaria.

Por Juan Antonio Tarjuelo, asociado de Estudio de Comunicación.

@JTarjuelo

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