Es hora de la comunicación interna

El teletrabajo entraña retos. Sobre todo, cuando es sobrevenido, como consecuencia del actual confinamiento generalizado obligatorio. En este contexto, en medio de un estado de alarma sin apenas precedentes, la gestión del día a día de las empresas supone un desafío mayúsculo al que es necesario responder sin manual previo de instrucciones.

Los empleados de las compañías que han podido sortear el cierre temporal, dada la posibilidad de desarrollar su labor en remoto, también necesitan recibir ciertas dosis de confianza y seguridad por parte de sus respectivos superiores de cara a mantenerse convenientemente motivados. La dificultad está en hacerlo, superando el distanciamiento que impone la situación presente, a través de una pantalla de ordenador o del teléfono móvil.

Parafraseando un célebre anuncio de colonia masculina emitido allá por el año 2002, se podría afirmar que, en estos momentos, ‘en las distancias largas es donde una empresa se la juega’. No en vano, no hay que olvidar que las decisiones que se toman en su seno, a veces difíciles, deben ser transmitidas a un personal recluido en sus casas, lleno de dudas e incertidumbres sobre el futuro.

A las incomodidades físicas y psicológicas de la reclusión, muchas de ellas aún por determinar, hay que añadir el constante bombardeo de noticias negativas, amén de las inquietantes ‘fake news’, relativas a la puesta al día de las cifras de decesos, contagios y despidos temporales, entre otras, que se reciben a diario por un sinfín de canales.

En este contexto, el cumplimiento diario de las obligaciones laborales se antoja más empinado dadas unas circunstancias que afectan, también, a clientes y proveedores, entre otros colectivos, y que, por tanto, dificultan el normal desarrollo del quehacer diario.

La posibilidad de rebajar el grado de incertidumbre entre la plantilla se torna en estos tiempos en una auténtica necesidad ante la que la comunicación interna se convierte, ahora más que nunca, en una herramienta imprescindible.

Abordar una comunicación interna segmentada, basada en la transparencia como pilar fundamental, que dé respuesta a las especificidades de cada público objetivo: empleados, proveedores y socios/accionistas, requiere un delicado equilibrio a la hora de transmitir a cada uno de los citados colectivos: seguridad, apoyo y confianza, respectivamente.

Para ello, contar con un plan de comunicación interna ‘ad hoc’ que renueve el actual, en caso de tenerlo, incorporando los canales adecuados a las circunstancias, la actualización y generación de nuevos mensajes, así como los supuestos y escenarios que emanan de esta pandemia, debe de ser una de las principales prioridades de los gestores empresariales en los tiempos que corren.

 

Por Fernando Geijo, Director Estudio de Comunicación España

@fergeijo

 

 

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