Los que nos dedicamos a la comunicación corporativa sabemos que las nuevas tecnologías han multiplicado los canales de comunicación con los que las empresas pueden trasladar sus mensajes. Y, ahora, las redes sociales (por su facilidad e instantaneidad) cada vez tienen más peso en esta tarea.
No obstante, también somos conscientes de que hay que ser especialmente cuidadosos con lo que se dice. Sobre todo en estos tiempos marcados por la incertidumbre económica y la volatilidad en los mercados.
Así, cualquier declaración desafortunada fuera de lugar por parte de un portavoz de la empresa puede provocar un efecto negativo en el precio de sus acciones. No debemos olvidar que la reputación corporativa y la percepción pública de la empresa (dos de sus principales activos) enlazan directamente con su valoración en los mercados. Un mensaje fuera de tono puede ponerse en riesgo muchas cosas.
El ejemplo reciente que mejor ilustra esta situación lo encontramos en Elon Musk, el Consejero Delegado de Tesla, que el pasado 1 de mayo compartió un mensaje en la red social Twitter en el que decía que “el valor de las acciones de Tesla es demasiado alto, en mi opinión”. Este tweet desencadenó una tormenta bursátil que causó la depreciación del 10% en los títulos de fabricante de coches eléctrico.
Todos estamos expuestos a cometer deslices en las Redes Sociales, pero, con una buena planificación y equipo de comunicación especializado, podemos neutralizar el impacto de estas situaciones y, aún mejor, minimizarlas.
Por Pablo Blanco, consultor de Estudio de Comunicación.
@PabloBlanco_R