Un invento de estilo “Gran Hermano” podría cambiar las reuniones de trabajo

Microsoft acaba de registrar una patente para grabar y dejar registro del lenguaje corporal y las expresiones faciales de los integrantes de una reunión de trabajo.

Este invento de estilo “Gran Hermano” no está exento de polémica y ha abierto el debate sobre donde acaba el derecho de las empresas a hacer un seguimiento del rendimiento de sus trabajadores y donde empieza el derecho a la privacidad de los propios empleados.

Aunque el gigante tecnológico se ha apresurado a decir que la presentación de una patente no implica necesariamente que el sistema llegue a desarrollarse, lo cierto es que este tipo de ideas nos dan pistas de hacia donde podría dirigirse la intención de uso de determinadas tecnologías en el ámbito laboral.

De acuerdo con la compañía, el objetivo que persigue este sistema de monitoreo es puntuar la productividad de los asistentes a una reunión con el fin de mejorar la calidad de este tipo de encuentros, ya sean presenciales o virtuales. Y esto se haría llenando las salas con sensores que vigilan a los participantes.

¿Qué hace exactamente esta tecnología?

Según la patente, los sensores podrían registrar si los invitados asisten o no a una reunión; su lenguaje corporal y facial; la cantidad de tiempo que interviene cada participante; patrones de aburrimiento y fatiga; si se usan los móviles durante la reunión o si los participantes están ocupados simultáneamente en otras tareas -como enviar mensajes de texto o navegar por Internet, entre otras cosas.

Todos esos datos se cruzarían con otros factores para determinar la eficiencia de la reunión, como el sentimiento emocional expresado por los participantes o la comodidad del entorno de la reunión (calor, frío), etc., lo que finalmente resultaría en una puntuación general de la calidad de la reunión.

Como ventajas, Microsoft explica que esta tecnología podría utilizarse para identificar problemas que pueden hacer que las reuniones sean ineficaces y ayudaría a las compañías a mejorarlas.

 ¿Una herramienta de mejora o de vigilancia?

Aparentemente, los beneficios son importantes, no solo para las empresas, sino para los propios trabajadores, pues todos sufrimos los inconvenientes de un exceso de reuniones o de reuniones mal planificadas y peor dirigidas, que a menudo solucionan poco o nada y, a cambio, nos roban un tiempo de trabajo que hay que recuperar después. Pero es inevitable temer que este tipo de tecnologías llegue demasiado lejos, hasta el punto de ser vistas como invasivas de la privacidad de las personas.

El debate en torno al equilibrio entre uso de las nuevas tecnologías en el trabajo y la privacidad de las personas está sobre la mesa. Diversos sindicatos ya están analizando donde deberían estar las líneas rojas en la aplicación de herramientas como el reconocimiento facial y el reconocimiento del habla, así como en las diferentes soluciones que podrían derivarse de la incorporación de la IA en el trabajo.

Por el momento, defienden que se produzca una mayor transparencia de cara a los trabajadores sobre cuándo se usan determinadas tecnologías y, sobre todo, sobre cómo se utiliza la información que se obtiene de ellas a la hora de tomar decisiones en relación a los empleados monitorizados.

Por Estefanía Campos, directora de Estudio de Comunicación.

@Ecampos1976 

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