Para que los miembros de una empresa o institución adquieran un compromiso real con los resultados de la misma, es necesario que sepan que alguien espera una rendición de cuentas con regularidad. Este es un principio básico en la gobernanza de las organizaciones.
Existen muchas empresas que están acostumbradas a este proceso, principalmente en esquemas en los cuales los vendedores reciben pagos o comisiones de acuerdo con su desempeño.
La rendición de cuentas en una empresa figura como uno de los elementos fundamentales de la transparencia organizacional y una garantía para demostrar los resultados, que ha ganado popularidad en muchas compañías a nivel mundial.
En los últimos diez años ha cobrado importancia gracias al contexto político y los innumerables beneficios que ha proporcionado en el ámbito de gestión, como indudablemente son las aportaciones que hace a la reputación corporativa.
La rendición de cuentas es uno de los procesos más importantes de una filosofía de transparencia a nivel organizacional. Se trata de la presentación de informes a nivel público o privado —sea cual sea el caso— que evidencien los impactos, procesos, estructuras, ingresos, egresos, número de colaboradores o cualquier otra información relevante a las acciones de negocio o administrativas.
El principio de transparencia, en el ámbito empresarial, refiere en principio a dos componentes: la rendición de cuentas y el acceso a la información. La rendición de cuentas indica que las empresas deben dar cuenta de sus acciones a todos los afectados por ella.
La transparencia en el entorno organizacional significa que la empresa tiene la disposición de informar sobre su situación actual, de qué decisiones se toman y por quiénes son tomadas.
Para actuar con transparencia y rendir cuentas, las empresas deben organizar y coordinar los insumos, recursos, informes, actividades preparatorias y logísticas para su uso en la etapa de ejecución de la estrategia de rendición de cuentas.
La cultura de transparencia y rendición de cuentas en una empresa o institución debe basarse en estos tres principios fundamentales que, si bien pueden mutar o evolucionar de una organización a otra, en esencia deben estar presentes.
Diálogo
Como parte de un proceso de transparencia, la rendición de cuentas implica el establecimiento claro de marcos de relación entre los miembros de la organización que estimulen la cooperación, la toma de decisiones conjunta y las acciones, compartiendo el sentido de sus actos, los objetivos y las metas de la organización.
La existencia del diálogo interno y externo es, sin lugar a dudas, un indicador de transparencia en cualquier tipo de empresa o institución.
Legalidad y políticas internas
Es el principio de vigilancia y seguimiento que se refleja en los mecanismos usados a través de instancias públicas o privadas y que permite acompañar el comportamiento de los colaboradores y el castigo cuando dicho comportamiento se distancia de las normativas. El establecimiento de parámetros para el reconocimiento y el castigo a los errores u omisiones es otro principio fundamental.
Una política puede ser exigida a nivel interno o externo, como parte de los controles organizacionales, y permite el establecimiento de las reglas en cuanto al compromiso, resultados y rendición de cuentas.
Equidad
Esta se refiere a la distribución de los beneficios, propiedades, derechos y obligaciones entre los colaboradores de una organización, así como entre su junta directiva.
Permite reconocer las contribuciones de los miembros y evita conflictos por la entrega de recompensas de forma desigual.
Los conflictos generados por ignorar este principio pueden desencadenar retrasos en los procesos, fallas en la comunicación intra e interdepartamental, así como la relación entre los colaboradores.
Si tenemos en consideración que la transparencia es un valor asociado a la eficiencia empresarial, la rendición de cuentas en una organización permite que una compañía adopte procesos mucho más claros e informados que faciliten la producción de valor hacia su mercado.