La irrupción de ChatGPT ha generado una histeria colectiva sobre su capacidad de destruir empleo. Según un estudio de Open AI, las profesiones más afectadas serían matemáticos, oficinistas, contables, financieros, ingenieros, abogados, periodistas, profesionales de diseño web, etc. El estudio afirma que la programación y la escritura se verán muy afectadas por las inteligencias artificiales generadoras de textos, pero que las profesiones científicas y aquellas en las que predomina el pensamiento crítico serían las que en menor medida se verían afectadas por este tipo de máquinas.
La capacidad de escribir es una capacidad importante de los expertos en Comunicación Corporativa. Y, por tanto, las inteligencias artificiales generativas, cada vez más evolucionadas para desarrollar textos complejos, impactan en nuestro trabajo. Necesitaremos afrontar el reto de adaptarnos a sus capacidades de escritura, que, en el mejor de los casos, podrán funcionar como un asistente virtual al que preguntarle ideas y nociones para afrontar más fácilmente una página en blanco o pedirle que haga un esbozo de estrategia de comunicación. Pero los aspectos de nuestra profesión que requieren pensamiento crítico, esa habilidad cognitiva que implica analizar, evaluar y formar juicios de manera reflexiva y objetiva sobre la información, ideas y situaciones, permanecerá exclusivamente en el ámbito del ser humano.
El pensamiento crítico no se puede automatizar o sustituir por una máquina. Es un proceso mental activo que va más allá de simplemente aceptar o rechazar algo y, en su lugar, busca comprender a fondo, cuestionar y discernir y está en muchas de las tareas de un experto en comunicación corporativa. Por ejemplo, está presente cuando tomamos una decisión sobre un plan de comunicación para una acción específica de una organización en un momento determinado. Se requiere conocimiento a fondo de la organización, sus objetivos, misión, su grado de aceptación de riesgos, su propósito, el contexto de actualidad… La creatividad y la imaginación para generar ideas que se puedan convertir en contenidos son imprescindibles también. Está presente cuando valoramos si un contenido es noticia o no, o cuando mantenemos una conversación “of the record” con un periodista, o cuando escribimos y adaptamos los mensajes específicos para un grupo en concreto con el tono que mejor empatice con su estado de ánimo en ese momento, o cuando aplicamos criterios de ética y moral en la gestión de la comunicación corporativa en una crisis.
Las inteligencias artificiales generativas han venido para quedarse e irán mejorando sus capacidades en el futuro, pero no son ni serán nuestro enemigo, sino, por el contrario, nuestro aliado, que logrará que podamos a lo largo del desempeño de nuestro trabajo ampliar nuestra capacidad intelectual ahorrándonos tiempo y aportándonos conocimiento. De hecho, me ha ayudado a hacer este artículo.
Por Patricia Núñez, consultora en Estudio de Comunicación
