No queremos, ni nos interesa dedicarle tiempo a profundizar en la información que recibimos, en gran medida por la cantidad que manejamos día a día. Nos hemos acostumbrado a pasar en diagonal por los textos para enterarnos de qué ha pasado, y solo profundizamos en aquello que de verdad nos afecta. Esto viene por la necesidad de poder procesar tal cantidad de contenido, a veces abrumadora, en muy poco tiempo. Por ello, para que nuestro mensaje llegue adecuadamente a nuestro público objetivo, necesitamos que sea breve y conciso.
Según un estudio, la atención de los usuarios en los últimos años ha bajado de 2.5 minutos a 47 segundos. Un dato realmente grave ya que entre los más jóvenes este tiempo es cada vez menor debido, en gran medida, a las redes sociales. Este dato subraya la importancia de captar y mantener la atención de la audiencia de manera eficiente.
Frente a estos desafíos, los comunicadores debemos adaptar nuestras estrategias para ser más efectivos. Algunas claves para comunicar mejor siendo directo y evitando los discursos extensos son:
- Antes de hablar o escribir, ten claro qué quieres comunicar. Define tu objetivo y enfócate en él. Un mensaje bien definido te ayudará a evitar divagaciones.
- Usa palabras sencillas y evita el uso excesivo de tecnicismos. La sencillez es clave.
- Utiliza frases cortas. Si usas frases largas y complicadas, habrás perdido la atención de tu audiencia.
- Empieza con la información más importante. Elimina cualquier información que no sea esencial. Cada palabra debe aportar valor.
- Un buen ejemplo puede explicar más que un párrafo extenso.
- Escucha a tu audiencia y adapta tu mensaje a sus necesidades.
En resumen, ser conciso no significa ser superficial. Se trata de ser claro, directo y respetar el tiempo de tu audiencia. Una comunicación efectiva es aquella que transmite el mensaje necesario de la manera más sencilla y rápida posible. Recuerda, menos es más.
Por Carmen Sotomayor, directora en Estudio de Comunicación.