LinkedIn – María Martín, consultora en Estudio de Comunicación.
Con el progreso de las RR.SS., numerosas compañías se encuentran con el mismo dilema: buscan a alguien que «gestione las redes», pero desconocen qué roles debe cumplir. Esto provoca confusión y, en numerosas situaciones, expectativas irreales respecto a un único cargo.
Un error común es esperar que un Community Manager desarrolle la estrategia, genere el contenido, haga los diseños gráficos, edite los vídeos y hasta tenga presencia en cámara. Sin embargo, cada una de estas funciones se ajusta a un perfil específico, y comprender las diferencias que existen entre cada uno de ellos es clave para optimizar los resultados.
- Social Media Manager: Es el encargado de crear, introducir y liderar la estrategia digital de una empresa que será, a posteriori, ejecutada por el Community Manager. El SMM hace un estudio de mercado para saber qué quieres los consumidores antes de crear la estrategia digital. También define los objetivos, analiza los datos, desarrolla los planes de contenido y supervisa la ejecución. Es el cerebro detrás de la gestión de redes.
- Community Manager: Es la voz y oídos de la marca. es el responsable de construir y gestionar la comunidad online alrededor de una marca, ejecutando las estrategias planificadas por el Social Media Manager. Este profesional es quién tiene el contacto directo con el consumidor, buscando mantener relaciones estables, hablando con él, descubriendo sus intereses y respondiendo a sus preguntas.
- Content Creator: Es quien produce el contenido visual y escrito. Desde fotografía hasta vídeos, pasando por diseños atractivos y textos creativos, su rol es generar contenidos que sean relevantes y atractivos que enganchen a la audiencia adaptándolos a las tendencias y novedades de las RR.SS. y a la estrategia y voz de la empresa.
¿Por qué es importante definir bien los roles?
Cada cargo requiere unas habilidades específicas y centrarse en una especialidad facilita que los resultados sean más eficaces. Pretender que una sola persona lleve a cabo todo puede conducir al agotamiento del profesional y a una implantación inadecuada de la estrategia digital.
Una estrategia de redes bien gestionada depende del trabajo coordinado de especialistas en cada área. Invertir en talento adecuado es una decisión clave para lograr una presencia online consistente y alineada con los objetivos de la marca. Las empresas que entienden esto tienen más probabilidades de destacar en un entorno digital cada vez más saturado y competitivo.
¿Qué necesita tu empresa? ¿Estrategia, interacción con la comunidad o contenido atractivo? Definir esto con claridad garantizará que cada profesional pueda aportar su máximo valor y que la gestión de redes sociales se lleve a cabo de manera eficiente y efectiva. Apostar por un equipo especializado no solo optimiza el trabajo, sino que también garantiza una comunicación digital de calidad, que conecte con la audiencia y refuerce la identidad de la marca en el entorno online.
Tener a los profesionales adecuados en cada puesto puede marcar la diferencia entre una estrategia exitosa y una que pase desapercibida. La clave está en valorar el trabajo de cada especialista y entender que el éxito en redes sociales no es producto del azar, sino de una planificación estratégica y de una ejecución impecable.