Social Media: Reputación vs. Viralidad

Hace unos días comentaba en otro post en este mismo blog, que en lo que a las redes sociales se refiere, las empresas españolas ya se encuentran en un periodo de madurez y que el debate sobre si estar o no estar en social media ya se ha quedado obsoleto. Este avance del que hemos sido testigos todos lo que dedicamos nuestra vida diaria a la comunicación online y que como nativos digitales pasamos gran parte de nuestro tiempo en las redes, también ha traído consigo otros avances propiciados, en cierta medida, por los continuos cambios de algoritmo de Facebook, Instagram, Twitter, etc.

Si hace unos años las compañías “luchaban” porque sus contenidos se hicieran virales con el objetivo de situarlos en el top de los más comentados del día y la meta que nos pedían a los profesionales era conseguir todos los millones de likes posibles, hoy, las estrategias de comunicación corporativa se enfocan más a cuidar la reputación de la compañía y a ofrecer contenidos de valor y segmentados en función de la audiencia, en lugar de a crecer por crecer. Esto se produce en un momento en el que proliferan las fakenews, hay hipersaturación de contenidos y también a raíz de los cambios de funcionamiento de redes sociales como Facebook, que han vuelto a poner a los amigos en el centro frente a los contenidos publicitarios o empresariales y a aquellos enfocados a conseguir el clic fácil (click bait).

Por ello, ante este panorama, elevar a un nivel superior el cuidado de la reputación corporativa en los social media y plantearse como objetivo el convertirse en una fuente fiable de información sobre el sector y tener la transparencia como máxima, son aspectos que toda empresa debería empezar a cuidar de manera muy especial.

Y, en este sentido, cobra especial importancia la gestión de la reputación que no es visible para los usuarios, es decir, la que se realiza a través del social listening en real-time. Una escucha social que además de servirnos para evaluar en todo momento qué se está comentando o cómo se está comportando la audiencia y para valorar de manera inmediata la actuación en caso de que sea necesario, también nos servirá para conocer muy bien cuáles son los verdaderos intereses de las personas que hablan de nosotros, para crear contenidos que verdaderamente sean relevantes para nuestros seguidores. Contenidos que en muchos casos serán más de nicho y que -como comentábamos al principio- no busquen generar millones de impresiones sino ser casi personalizados para que sumen valor y la reputación empresarial se afiance.

Por Silvia Rodríguez, directora en Estudio de Comunicación España

@Silvirs

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