Planificar y ensayar, premisas esenciales de la comunicación política

Sin querer meterme en política ni valorar un asunto que no conozco en profundidad, las declaraciones realizadas por la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, en el programa de Ana Rosa Quintana (Mediaset), me han llamado la atención.

Es muy significativo que la líder política -envuelta en casos tan punzantes como el de su Máster, la grabación de sustracción de productos cosméticos o la reciente imputación en el ‘caso Púnica’- haya dicho que, fundamentalmente, lo que la llevó a fracasar en la defensa de su imagen pública cuando saltó a la luz el escabroso asunto de la supuesta falsificación del acta del Máster realizado en una universidad madrileña, fue la utilización de una nefasta estrategia de comunicación.

No ha achacado su problema y su fracaso a la realidad de los hechos, a aspectos jurídicos o de otra índole, sino a que cometió un grave error de comunicación por la improvisación cuando, sin preparar, provocó una emisión precipitada en vídeo en Twitter saliendo en su propia defensa.

En comunicación todo lo que se prepara bien suele salir bien. Como dicen habitualmente los deportistas: “cuanto más sudas en el entrenamiento, menos sangras en el combate”. No va un letrado a un juicio sin papeles ni argumentos, ni un médico sin haber estudiado concienzudamente el historial de su paciente; no sale un gimnasta a la pista sin calentar, ni una cupletista al escenario sin maquillar.

Tampoco puede una persona que es capaz de liderar un grupo político e importantes instituciones, que ha gestionado asuntos de envergadura, organizado equipos, participado en multitud de foros, jornadas, eventos, precipitarse al precipicio por improvisar, por invadir el ruedo sin capote ni muleta. Esta política arrojó su ira e indignación contra los que eran, precisamente, sus stakeholders: políticos, autoridades universitarias, opinión pública… que no recibieron ni oyeron el mensaje que deseaban oír sino otro desordenado e intrépido, sin reflexionar, sin pergeñar.      Y lo pagó.

Hay que distinguir entre la valentía y un trabajo profesional que debe ser planificado, estructurado y sistemático para que permita explicar con claridad y en positivo la realidad del asunto. Líderes, empresarios, directivos, personajes con visibilidad y expuestos al juicio del público no tienen alternativa. Hay que prepararse con antelación, elaborando los prontuarios necesarios y definiendo los mensajes ad hoc a trasmitir, ensayar las comparecencias públicas y escoger con precisión el momento de hablar, así como la utilización de los canales tanto tradicionales como digitales. Y cuidadito con las redes. La estrategia on line también es importante.

 

Por Victoria Magro

Directora de Desarrollo Corporativo de Estudio de Comunicación España.

@victoriamagro

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