El doble reto de CI con el retorno a la oficina: trabajar el engagement y el estado de ánimo de los empleados

Los tiempos de confinamiento han puesto a prueba principalmente a dos departamentos corporativos: el de TI y el de CI. Ambos han tenido que enfrentar retos monumentales e imprevistos de la noche a la mañana y ambos han respondido bien. Unas mejor que otras, las empresas han sido capaces de seguir funcionando con todos o con la mayoría de sus empleados encerrados en casa durante meses.

Ahora, el departamento de comunicación interna se enfrenta a un nuevo reto con el retorno a la oficina de todo o de parte del personal. Es el mismo que abordó durante el confinamiento pero en sentido inverso: “reenganchar” a unos empleados que ya se habían acostumbrado a trabajar desde casa.

Si habitualmente las plantillas sufren el famoso síndrome post-vacacional, regresar a la oficina este año tan extraño provoca un choque aún más profundo, porque implica olvidarse de la rutina ya adquirida de trabajar desde casa y retomar el hábito, ahora olvidado, de regresar al puesto de trabajo con todo lo que comporta: emplear tiempo en el transporte, comer fuera de casa, ajustarse de nuevo a los horarios, compartir menos tiempo con la familia, arreglarse más… Todo ello aderezado con las normas para prevenir posibles contagios: usar mascarilla todo el día, desinfectarse las manos con frecuencia, mantener la distancia social con los compañeros, tocar lo menos posible los diferentes objetos y muebles de la oficina, etc.

En este nuevo escenario, y siempre y cuando la empresa no esté en crisis, trabajar el engagement de los empleados y su estado de ánimo es el principal reto actual de los departamentos de comunicación interna, por segunda vez el mismo año pero por motivos opuestos.

Es necesario reavivar la cercanía

La distancia física y, sobre todo, el aislamiento vivido en los últimos meses, ha producido un distanciamiento del empleado hacia la organización. Por mucho que se hayan esforzado los equipos de CI –que lo han hecho- este efecto es inevitable. Se hace por tanto necesario planificar acciones dirigidas a acercar a la plantilla -no sólo físicamente sino también emocionalmente- al “espíritu de la compañía”. Hay que reavivar la cercanía y la afección.

Aportar un «extra» de animación

Por otro lado, es muy probable que las circunstancias antes comentadas de este atípico regreso a la oficina provoquen un decaimiento en el estado de ánimo de los empleados. Y ya somos todos conscientes de que este tema no es baladí: las empresas necesitan empleados contentos, no deprimidos. En este sentido, es recomendable que CI tire de creatividad y se ponga a trabajar codo con codo con Recursos Humanos para desarrollar algún programa de actividades lúdicas, simpáticas o relajantes, como juegos, concursos, cursos sobre bienestar, dinámicas de diversión, etc. Eso sí, en esta ocasión, siempre habrán de ser digitales.

Veremos que tal desempeño tienen los equipos de comunicación interna en esta segunda fase de su particular reto 2020, aunque auguro que la mayoría estarán a la altura, dado el impulso y el refuerzo que esta crisis ha supuesto especialmente para ellos.

Por Estefanía Campos, directora de Estudio de Comunicación.

@ECampos1976

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