La conciencia de llevar un modelo de vida sostenible, menos contaminante y dañino para el planeta y el cuidado del medio ambiente es un tema que preocupa no solo a las empresas y a sus directivos, sino también a la población más joven. Un informe publicado por Crédit Suisse analiza los motivos del auge del consumo responsable en diez países con edades comprendidas entre los 16 y los 40 años . Y la respuesta es clara: quieren proteger la energía solar, llevar estilos de vida más sostenibles, luchar por el cambio climático y critican la industria de la moda o el llamado fast fashion.
Los menores de 35 años están demostrando ser un factor impulsor clave en esta transición hacia lo sostenible. A pesar de llegar a la mayoría de edad en un difícil contexto económico, están dispuestos a pagar más por bienes sostenibles que las generaciones anteriores. Exigen un enfoque más ecológico y ético de los negocios e inversiones, y apoyan conceptos como la economía circular, que exige la eliminación de los residuos y el uso continuo de los recursos en un sistema de circuito cerrado. También se posicionan cada vez más en contra del consumo de moda rápida o fast fashion y a favor de la moda “lenta” que significa “comprar menos, pero mejor”.
En definitiva, la población- y sobre todo los más jóvenes- está cada vez más sensibilizada con el impacto ambiental y humano de las diferentes formas de consumo, y eso está provocando un cambio en las expectativas de los consumidores.
En Estudio de Comunicación sabemos que comunicar es una acción clave para que la sociedad no solo sea consciente del problema, sino que actúe para realmente aportar valor y sumarse a la sostenibilidad. Y para ello, comunicar una y otra vez el mensaje desde las compañías es esencial. Lo que no se comunica, no se sabe y no se queda en la mente de nadie.
Por Mercedes Ulloa, consultora en Estudio de Comunicación