La llegada de la inteligencia artificial (IA) ha suscitado tanto entusiasmo como preocupación en diversos sectores, y el de la comunicación y los asuntos públicos no es una excepción. A medida que la tecnología avanza, crece el debate sobre si quitarán puestos de trabajo en este campo o si mejorarán la eficiencia y eficacia de las estrategias de comunicación.
Una de las principales preocupaciones gira en torno a la automatización de tareas rutinarias, tradicionalmente realizadas por trabajadores. La IA puede agilizar procesos como el análisis de datos, la creación de contenidos e incluso la gestión de las redes sociales, lo que pone en peligro el futuro de los empleos que dependen en gran medida de estas tareas. ¿Sustituirá la IA a los comunicadores humanos, dejando obsoletas sus funciones?
Que trabaje la IA para que podamos trabajar nosotros
Por el contrario, muchos expertos sostienen que la IA servirá de complemento a los profesionales de la comunicación, en lugar de sustituirlos. Las tareas repetitivas automatizadas por la IA pueden liberar tiempo para que los trabajadores se centren en actividades superiores, como la planificación estratégica, el pensamiento creativo o el networking. Las herramientas tecnológicas pueden analizar grandes cantidades de datos para identificar tendencias y perspectivas, proporcionando a los comunicadores valiosa información que luego usarán en sus procesos de toma de decisiones.
Así, aunque la IA pueda provocar una transformación en el sector de la comunicación y los asuntos públicos, es poco probable que elimine por completo las tareas humanas. Al contrario, tiene la capacidad de mejorar y potenciar el trabajo, permitiendo a las personas centrarse en labores que requieren inteligencia emocional, creatividad y pensamiento crítico.
A medida que la tecnología sigue evolucionando, es esencial que los profesionales de la comunicación adopten la IA como una herramienta que puede mejorar sus capacidades. Si queremos seguir prosperando, tendremos que especializarnos en aquello que la IA no puede hacer, aprovechando el tiempo que nos ahorran las máquinas al ocuparse de esas tareas más tediosas. Como ha tenido que hacer siempre el ser humano, se trata de adaptarse a las nuevas herramientas y, en definitiva, a los tiempos modernos.
Por Bruno Calvo, consultor sénior en Estudio de Comunicación
