Cómo construir posicionamiento sin depender de grandes hitos
Una salida a bolsa, una fusión, un récord de beneficios o la entrada en un nuevo mercado de una compañía pueden convertirse en grandes titulares. Pero ¿qué pasa cuando no hay ninguno a la vista? ¿Nos quedamos callados hasta que ocurra “algo importante”? Error. En comunicación estratégica y financiera, el silencio prolongado genera dudas e incertidumbre. Las empresas que solo hablan cuando les va bien, se exponen a perder relevancia, visibilidad y lo más grave, credibilidad.
El posicionamiento no se construye solo con grandes hitos. Se edifica y se mantiene también a base de aplicar una estrategia continua y consistente de contenidos que esté bien alineada con los objetivos de negocio. Y ahí es donde entran en juego las “no noticias” en la comunicación en la empresa.
Y ¿qué son las “no noticias” en la comunicación de la empresa?
Son todo aquello que no parece tener gancho mediático… pero sí comunica valores, solidez o visión. Ejemplos de estas “no noticias” para incluir en la comunicación en la empresa son las acciones de comunicación interna bien ejecutadas, la inversión en ciberseguridad, sesiones de liderazgo o programas de mentorías; un cambio operativo como la digitalización de procesos, mejora en reportes o nuevas herramientas de compliance;;acciones sostenibles, actividades de RSC con teambuilding; y también la participación en foros sectoriales, colaboraciones con universidades, asistencia a ferias… Las “no noticias” pueden no necesitar de una nota de prensa y plasmarse en un post en LinkedIn o en el blog de la compañía… Lo importante es comunicar, como una ‘lluvia fina, para estar presentes, para no perder la visibilidad, para que nuestro silencio no lo ocupen otros, para imponer la marca, todo ello se convierte en efectividad.
¿Cómo las posicionamos como comunicación estratégica? ¿Por qué funcionan?
Porque refuerzan la narrativa, porque humanizan, porque muestran coherencia entre lo que se dice y lo que se hace y porque aportan visibilidad sin “vender humo”. Este tipo de contenidos son especialmente valiosos para audiencias como empleados, inversores institucionales, medios especializados o grupos de interés ESG.
Además, son ideales para canales propios de la comunicación en la empresa como: newsletters, blog corporativo, vídeos cortos o LinkedIn. No requieren grandes recursos, pero sí una mirada estratégica.
¿Dónde está la clave?
La clave está en convertir lo ordinario en contenido relevante y todo parte de una pregunta simple: ¿qué queremos que piensen de nosotros… incluso cuando no estamos en los titulares? Si la respuesta es “somos sólidos, transparentes, consistentes y comprometidos”, entonces toca buscar formas de demostrarlo sin esperar al siguiente gran hito.
No hay que esperar a tener “la gran historia”. En comunicación estratégica, la suma de los detalles, bien contados, construye una reputación fuerte, sostenible y diferenciada. Y eso, aunque no sea noticia de portada, es, probablemente, lo más estratégico que se puede comunicar.
Por Guiomar Pérez Pérez de Sevilla, consultora en Estudio de Comunicación.