Donde dije digo…

LinkedInBenito Berceruelo, CEO de Estudio de Comunicación.

Los políticos, de todos los colores, nos tienen tan acostumbrados a los cambios de opinión que casi han logrado convertir en noticia al que dice siempre lo mismo y cumple con la palabra dada. Los que gobiernan pasan, por ejemplo, de defender el castigo a los golpistas a defender los indultos con la misma fuerza y seguridad. Incluso el presidente del Gobierno lo reconoce: “No niego que cambié de opinión. Antes la solución era el castigo, ahora los indultos”. En el resto de los partidos y en políticos de todo el mundo los cambios también son muy frecuentes.

Pero no debemos dejarnos llevar por los malos ejemplos y conviene tener siempre presente que en Comunicación empresarial la coherencia es un activo y cumplir con la palabra dada una garantía de éxito. Lo que digamos públicamente de nuestro producto o servicio debe ser verdad y lo que aseguremos que vamos a hacer, ante un problema o una crisis, debemos hacerlo. Aunque luego nos cueste más de lo que habíamos calculado cuando lo dijimos.

Si cambiamos de opinión, que no es un delito, la nueva postura tiene que estar justificada y debemos explicarla muy bien.

La base de la relación de una empresa o una marca con sus diferentes públicos reside en la confianza, y la confianza solo se gana con la verdad y manteniendo relatos y posturas constantes y coherentes. Antes de decir algo, estemos seguros de que es cierto y de que vamos a poder cumplir con la palabra que hemos empeñado. En la vertiginosa era de las redes sociales, también es necesario dedicar algo de tiempo a pensar lo que vamos a decir antes de tener que arrepentirnos. Créanme, en comunicación empresarial no es aconsejable el “donde dije digo, digo Diego”.

 

@BBerceruelo

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