Hay al menos tres verdades en lo que respecta a una crisis de comunicación que más vale tener en cuenta: puede ocurrirle a cualquiera; sucede en cualquier momento, especialmente los más inesperados; y es de gran importancia responder ante ellas de manera inmediata para evitar que escale y afecte negativamente a la reputación de la marca.
De ahí radica la importancia de contar con un Plan de Comunicación de Crisis, que permita realizar acciones contundentes para llevar al mínimo el impacto de esta.
Este plan debe revisarse y actualizarse de forma periódica. Debemos analizar e incluir nuevos riesgos potenciales y cambios en el entorno interno y externo de nuestra compañía. Si lo tenemos bien actualizado, podremos identificar y preparar respuestas a amenazas emergentes e imprevistas.
Este plan debe ser lo más amplio y exhaustivo posible. Debemos estar preparados para todo tipo de eventualidades dentro de nuestra organización o en su entorno inmediato. Es decir, desde problemas operativos internos hasta desastres naturales o cambios en la legislación que puedan afectar a la empresa. Un plan de crisis debe contemplar diferentes escenarios y tener procedimientos claros para cada uno. Al actualizar regularmente el plan, la empresa puede adaptarse a nuevos desafíos y asegurar que todos los empleados estén capacitados y preparados para actuar de manera eficiente y coordinada, protegiendo así los intereses de la empresa y de sus stakeholders.
La gestión eficaz de una crisis de comunicación es fundamental para salvaguardar la reputación y la sostenibilidad de cualquier organización. La elaboración y actualización periódica de un Plan de Comunicación en Crisis no solo es una estrategia defensiva, sino también una práctica proactiva que prepara a la empresa para responder de manera efectiva ante cualquier eventualidad. Al integrar estrategias innovadoras y adaptativas, y asegurándose de que cada miembro del equipo conozca su papel dentro de estos protocolos, las organizaciones pueden no solo manejar crisis actuales sino también anticiparse a futuros desafíos. Recordemos que en el mundo dinámico y a menudo impredecible en el que operan las empresas hoy en día, la resiliencia y la preparación no son opcionales, sino esenciales para el éxito y la supervivencia a largo plazo.
Por Patricia Núñez, consultora sénior en Estudio de Comunicación.