Relaciones con la prensa. Aprovechar las oportunidades
En cuestión de Relaciones con la prensa la «oportunidad» es algo esencial, que todo profesional de la Comunicación debe tener en cuenta cuando planifica su trabajo.
En cuestión de Relaciones con la prensa la «oportunidad» es algo esencial, que todo profesional de la Comunicación debe tener en cuenta cuando planifica su trabajo.
Esta es una de las conclusiones del informe «La pérdida de valor de la información periodística: causas y consecuencias».
Recientemente Google celebraba su quince aniversario con el lanzamiento del nuevo algoritmo de su motor de búsqueda: Hummingbird (Colibrí).
Me ha llamado la atención una noticia dada por el diario el Mundo hace unos días, en la que señala que “la agencia Efe podría cobrar por la difusión íntegra de los comunicados de empresa”. Un servicio que, de momento y según reconoce la propia agencia, está prestando de manera gratuita a sus abonados.
Leí una columna de opinión en un diario nacional en la que me llamó poderosamente la atención un sumario: “una cosa es comunicar y otra informar; una cosa es ser la voz de una empresa y otra ser periodista”. Por eso la leí. La columna comenzaba hablando de las oportunidades de autoempleo de los periodistas […]
Madrid acaba de celebrar el Campus de la Excelencia, donde se ha puesto de manifiesto que España necesita para salir de la crisis grandes dosis de la misma, aunque sea una palabra tan usada que haya podido perder su significado para algunos.
Pero, además de la excelencia, para salir de la crisis las empresas tienen que aplicar grandes dosis de un trato ético y responsable hacia el accionista, que se debe traducir en transparencia e imaginación para tenerle satisfecho, fidelizarle y ayudarle a que se «olvide» y haga «oídos sordos» a la competencia.
La globalización y la crisis obligan a las empresas grandes, medianas y pequeñas a realizar también un ejercicio extra de imaginación. Y en este año, que acaba de comenzar, mucho más.
Hay unanimidad en afirmar que la excelencia también hay que aplicarla en el trato con el accionista, el verdadero dueño de la empresa. Pero cada vez más, a la excelencia en el trato hay que unir una comunicación transparente, ingeniosa y «reciclada»; armónica con las cambiantes circunstancias sociales. Porque no todo es fidelizar. También hay que atraer.